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El presidente de Túnez destituye al primer ministro, suspende el Parlamento y toma el control

Miles de personas salen a la calle para celebrar la decisión y vitorear a Kais Saied.

Miles de personas salen a la calle para celebrar la decisión y vitorear a Kais Saied.

Miles de personas se han congregado este domingo en las principales ciudades del país para protestar contra el Gobierno y su gestión tanto de la crisis económica como de la pandemia. Horas después, el presidente de Túnez, Kais Saied, ha decido -tras una reunión de emergencia con altos funcionarios militares y de seguridad- congelar las funciones del Parlamento y relevar de su cargo al primer ministro, Hichem Mechichi, asumiendo él la Jefatura del Gobierno de manera provisional.

Aunque la Constitución de Túnez no permite la disolución del Parlamento, sí avala la suspensión de sus funciones durante un periodo de 30 días, algo a lo que se ha acogido el presidente del país, que también ha eliminado la inmunidad de los diputados.

Tras su anuncio, Saied ha salido a la avenida Habib Bourguiba rodeado de un gran dispositivo de seguridad y ha recibido el apoyo de parte de la población que también ha salido a la calle para vitorear al presidente.

En un discurso en la vía pública y ante los medios de comunicación, el presidente tunecino ha aseverado que no quiere se que produzca un derramamiento de sangre. "Quien dirija un arma distinta a la legítima se encontrará con un arma, pero no quiero que se derrame ni una sola gota de sangre (...) Lo que pasó no fue un golpe", ha expresado.

Suspensión del Parlamento

El Ejército tunecino ha impedido este lunes el acceso al Parlamento a varios diputados, incluido el presidente de la cámara y líder del partido islamista Ennahdha, Rached Ghannouchi, horas después de que el presidente, Kais Said, anunciase el cese del Gobierno y la suspensión de la Asamblea.

En un vídeo compartido en las redes sociales por Ennahda, principal fuerza parlamentaria y socio del Gobierno, muestra la llegada del político al palacio de Bardo a alrededor de las dos de la madrugada junto a la vicepresidenta, Samira Chaouachi, que pide sin éxito a los soldados desplegados tras la puerta el acceso al edificio.

La formación conservadora ha calificado la decisión del mandatario de "golpe de Estado" y ha pedido a la ciudadanía que se manifieste pacíficamente ante el Parlamento "para salvar la revolución". "Esto es un golpe contra la democracia tunecina y su constitución. Túnez es la única historia de éxito de la primavera árabe y esta historia no termina aquí", afirma el comunicado.

Protestas en las calles

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Miles de manifestantes tunecinos salieron este domingo a la calles en media docena de ciudades para protestar contra la clase política, principalmente el partido islamista Ennahda, primera fuerza parlamentaria y socio del Gobierno, tras reclamar millonarias indemnizaciones para las víctimas de la dictadura.

Bajo el lema "Viva Túnez, sin Mechichi ni Ghannouchi", reclamaron la dimisión del Ejecutivo y la disolución del hemiciclo por su mala gestión de la crisis sanitaria y por el deterioro de las condiciones de vida.

Pese a las restricciones sanitarias y los cordones policiales para impedir el acceso a la capital, los manifestantes se dieron cita frente al Parlamento, escenario de enfrentamientos entre grupos de jóvenes y fuerzas de seguridad, que hicieron uso de gases lacrimógenos para su dispersión.

En varias localidades, como Kairouan (centro), Sfax (centro-este) y Tozeur (suroeste), los protestantes atacaron las sedes regionales del partido, levantaron barricadas y llevaron a cabo quemas de neumáticos en las inmediaciones.

Como parte de la transición democrática, la Instancia para la Verdad y la Dignidad (IVD), que investigó la corrupción y las violaciones de los derechos humanos durante las últimas seis décadas, anunció en 2014 la creación de los fondos "Al Karama" ("dignidad" en árabe) para indemnizar económicamente a las 10.000 víctimas reconocidas, en su mayoría militantes islamistas.

A principios de julio, el presidente del consejo de la Shura, máximo órgano directivo de Ennahda, Abdelkarim Harouni, reclamó al Ejecutivo desbloquear dichos fondos, que suponen, según la prensa local, cerca de 900 millones de euros y dio como fecha límite el 25 de julio.

Algunos partidos de la oposición, como el panarabista "Echaab" (Pueblo), denunciaron el "chantaje" de Ennahda al Gobierno para ofrecer su apoyo parlamentario a cambio del pago de estas indemnizaciones.

El bloqueo institucional

El movimiento del 25 de julio, que coincide con el 62º aniversario de la República, se define apolítico y desde hace varias semanas llama a manifestarse en las redes sociales para exigir una serie de demandas, entre las que destaca celebrar elecciones anticipadas, revisar la Constitución de 2014 o retirar la inmunidad parlamentaria a aquellos diputados con causas judiciales pendientes.

Desde comienzos de año el país magrebí vive un bloqueo institucional después de que el Parlamento apoyara la remodelación del Ejecutivo, con cambios en once de sus 25 carteras, y de que el presidente, Kais Said, se negara a aceptarla al considerar que no fue consultado previamente y debido a las sospechas de conflicto de intereses que planean sobre algunos de los nuevos miembros.

La grave crisis económica que arrastra el país en los últimos años, agravada por la epidemia, ha obligado al Gobierno tunecino a pedir ayuda a la comunidad internacional ante la falta de vacunas y de equipos médicos para hacer frente a esta cuarta ola de coronavirus que, según las autoridades tunecinas, suma más de 18.000 víctimas.

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