Al menos cien personas han perdido la vida por el derrumbe de una iglesia este sábado en la localidad nigeriana de Uyo, en el sur del país, según un nuevo balance confirmado por varios testigos. La iglesia se derrumbó durante el transcurso de una celebración eclesiástica en la que un pastor local iba a ser consagrado como obispo. Cientos de personas asistían a este evento, entre ellas el gobernador del estado de Akwa Ibom, Udom Emmanuel, que salió ileso.
Un testigo citado por el periódico nigeriano The Guardian ha confirmado la recuperación de más de 50 cadáveres, si bien las autoridades no se atreven siquiera a dar una estimación de víctimas. Fuentes citadas por el periódico The Punch elevan a unos 200 el número de posibles fallecidos.
El fotoperiodista Ini Samuel ha explicado a Reuters que ha visto "más de cien cuerpos" apilados en la morgue, mientras que un vecino de la zona, Gary Ubong, también ha dicho que ha presenciado cómo descargaban una cifra similar de cuerpos. "He visto montones de cuerpos difíciles de contar", ha dicho Ubong a la misma agencia.
Las autoridades regionales han declarado dos días de luto y el gobernador regional ha ordenado crear una comisión para esclarecer lo ocurrido. Udom Emmanuel, que ha dicho estar "devastado", ha apuntado a "defectos en la construcción" como posible razón del derrumbe y ha abogado por trabajar para que incidentes como éste "nunca más vuelvan a ocurrir".
El presidente de Nigeria, Muhamadu Buhari, ha lamentado la "tragedia" a través de Twitter, en una sucesión de mensajes en los que ha expresado su pésame por los fallecidos y ha deseado una rápida recuperación a los heridos.