Una confusión cuando escuchó su nombre mientras esperaba a que naciese su hijo llevó a Wang, un ciudadano chino de 29 a ser el involuntario protagonista de esta historia: no sabía que otro Wang se encontraba también en la sala y, aun más casualidad, debía parecerse físicamente a él, ya que los médicos se confundieron, lo anestesiaron y lo operaron de unas hemorroides que desconocía que tenía.
La historia la cuenta Antena 3, que reproduce las declaraciones del hombre, que explicó a los medios que “estaba un tanto desinformado, y tenía miedo de que se burlaran de mi ignorancia si hacía preguntas”.
Mientras el señor Wang era operado su hijo venía al mundo gracias a una cesárea en la que no hubo ni problemas ni confusiones. El hospital, al menos, le entregó una pequeña indemnización al darle de alta.