Something necessary (Algo necesario) es una de esas películas difíciles de ver, pero sobre todo incómodas de hacer, porque se zambulle de lleno en las heridas frescas de una sociedad. A esta historia la sobrevuelan los más de 1.300 fantasmas de quienes perdieron la vida en Kenia durante la violencia postelectoral hace sólo siete años. ¿Demasiado pronto para hablar de unas sucesos tan recientes? "Había que contarlo, no podíamos con más abstracción", explica a LD su guionista, Mungai Kiroga.
La película, presentada esta semana en el Festival de Cine africano de Córdoba, emplea dos historias íntimas y devastadoras para profundizar en las cicatrices que provocó el derramamiento de sangre entre dos etnias rivales que asoló Kenia. Pero con intención de cauterizar y sobre todo, de comprender. "No queríamos hacer un documental de lo sucedido, queríamos ir más allá. Contar dos historias de las miles que se sucedieron, todas muy duras. Pero también yendo más allá del dolor", explica Kiroga. Dos relatos que simbolizan el enfrentamiento de todo un país, cortando la respiración.
Anne lo ha perdido todo. Tras la espiral de violencia, despierta en un hospital y descubre que su marido ha sido asesinado, su hijo está gravemente enfermo y su casa ha sido reducida a escombros. Obligada a empezar de nuevo sobre los escombros de lo que fue, se encuentra con Joseph, la segunda grieta. Perteneciente a la etnia rival, trata de dejar atrás las atrocidades que ha cometido junto a los suyos en una Kenia que no parece conceder segundas oportunidades. Dos supervivientes que entrecruzan sus caminos, buscando la salvación en mitad del valle del Rift.
"En el fondo se trata de cómo reconstruir tu vida cuando todo ha sido destruido. Cómo levantarse y avanzar. Qué se siente al perder a alguien, al perder todo", relata su guionista. A pesar de su dureza, la cinta dirigida por la también keniana Judy Kibinge, emana prudencia y delicadeza en su narración, huyendo del discurso de víctima y perpetrador. Ambos sabían que se enfrentaban a terreno aún minado y han dedicado cuatro intensos años al proyecto . "Ha sido un trabajo muy, muy delicado. Creo que conseguimos plasmar perfectamente ambos lados los dos lados de la moneda", nos explica Kiroga. "Hablamos con muchas personas, recogimos muchas historias de todas partes. Estábamos hablando de algo muy sensible aún", relata.
¿Algo necesario?
"Queríamos mostrar la vida de lo que llamamos héroes, porque lo son. Los que aún están tratando de reconstruir su vida tras algo tan devastador" dice Quiroga, que confiesa que además de los nombres, los protagonistas del film poco tienen de ficción. "Durante esos días, un amigo me llamó desde su habitación. Estaba en Nairobi [donde sucedieron las peores matanzas], en su cama. Pude notar el miedo en su voz. Lo pude sentir en la piel, a través del teléfono. Ese fue el verdadero reto, plasmar ese miedo, el miedo de alguien que ni siquiera estaba involucrado en ninguna de las dos comunidades enfrentadas", recuerda.
Y a fe que lo consigue. Ha conmovido en festivales de cine de medio mundo, pero sobre todo, ha cumplido un papel dentro de Kenia. "En el cine no hemos abordado lo sucedido hasta ahora, o no de esta manera, dejando a un lado las manipulaciones políticas que trataron de dividirnos", reseña Kiroga, crítico con la instigación del odio que aún se sigue alentando desde el poder. Something Necessary es, además, un rara avis dentro del circuito de cine keniano. Producida por Tom Tykwer (Corre Lola, Corre) ha visto la luz cuando el país se enfrentaba a las siguientes elecciones tras las matanzas de 2007-2008. "No estamos acostumbrados a películas de este tipo" reconoce Kiroga, "la industria más comercial se nutre de películas cada vez más cortas, al estilo de Nollywood, completamente ficticios. Escritas hoy, rodadas mañana, editadas pasado y estrenadas la semana próxima", asevera. "Es cine muy vibrante, pero nosotros queríamos hacer otra cosa".
Según explica, la película comenzó como un reto y ha acabado siendo casi una liberación para una sociedad que ha salido reflexionando de la sala de cine. ¿Era necesario contarlo? "Alemania tardó 15 años en hacer películas sobre su tragedia", asegura, "nosotros creímos que este era el momento".
¿Qué es exactamente "lo necesario" a lo que alude el título? ¿La reconstrucción, el olvido, la justicia? ¿La reconciliación? "Contarlo. Lo que era realmente necesario era contarlo", dice Kiroga. "Y comprender", apostilla.