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Un hombre y su hijo se esconden durante cuarenta años en la selva tras la guerra de Vietnam

Un vietnamita y su hijo han vivido en la jungla del centro del país desde una noche de 1971 en que su casa fue bombardeada.

Padre e hijo volviendo a la civilización | Efe

Un vietnamita y su hijo han vivido en la jungla del centro del país, aislados como la naufragada "familia Robinson", desde una noche de 1971 en que su casa fue bombardeada y perdieron a la madre del hijo y a otros dos chicos, informan este jueves los medios locales.

Ho Van Thanh y su hijo Ho Van Lang vivían un una cabaña de madera que habían construido en un árbol y adonde llegaron las autoridades para devolverlos a la civilización, según el diario "Thanh Nien".

El equipo de rescate, que tuvo que adentrarse 40 kilómetros en esa jungla de la provincia de Quang Ngai, los descubrió cubiertos con taparrabos y utilizando armas y utensilios que habían fabricado con lo que hallaban en su entorno.
Cerca de la vivienda había una pequeña huerta, con la que complementaban los frutos que recolectaban y la caza. También plantaban tabaco y lo fumaban.

En un rincón de la cabaña, el veterano aún guardaba los pantalones militares que vistió durante la Guerra de Vietnam.

Volver a la civilización

Desde hace 40 años se ha conocido su paradero, porque otro hijo, el benjamín, se salvó del bombardeo, creció con un familiar y un día de 1983 consiguió encontrarlos con la ayuda de un tío. No obstante y pese a todas sus insistencias, no logró nunca convencerles de que abandonasen la protección de la jungla y regresasen.

El hijo menor volvió en varias ocasiones desde entonces, incluso acompañado por personas con mayor autoridad, para intentar disuadirlos y para llevarles ropa y cosas difíciles de encontrar, como aceite y sal.

El padre y su hijo Lang siempre se negaron a regresar, incluso huían y se escondían si los intentaban agarrar, y la ropa y utensilios que les llevaban se encontraban metidos en una bolsa, como si no los usasen.

Ayer, Ho Van Thanh, ahora con 82 años y demasiado débil para andar por sí solo, tuvo que ser transportado en una hamaca de vuelta a la civilización.

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