Las Fuerzas Armadas británicas cuentan con un nuevo aliado en Afganistán. Se trata, exactamente, de unos nanohelicópteros teledirigidos que sirven para no exponer la seguridad física de ningún militar durante determinadas operaciones de asalto a edificios u operaciones de combate en zonas de difícil visibilidad. Permiten encontrar posibles enemigos escondidos en esquinas, pequeños rincones o tras una barricada.
El aparato, denominado Black Hornet, tiene unas reducidas dimensiones de 10 centímetros de largo y 2,5 de ancho y sus especificaciones técnicas dicen que pesa poco más de media onza (14 gramos). Cuenta en su frontal con una cámara de fotos y vídeos que envía las imágenes a un aparato de control que tienen los propios militares en la zona de combate y su vuelo es controlado desde un joystick similar al de los videojuegos.
Según informó en su edición de este domingo del Daily Mirror, este nuevo tipo de avión no tripulado puede alcanzar velocidades de 35 kilómetros por hora y cuenta con una autonomía de reconocimiento de 30 minutos.
En declaraciones al diario inglés, el mayor Adam Foder, oficial al mando de Camp Bastion, la principal base británica en Afganistán, aseguró que "es una pieza que cambia el juego de equipo. Antes, habríamos tenido que enviar soldados para ver si había alguna amenaza o combatientes enemigos en el interior de cualquier conjunto de edificios".
"Ahora estamos desplegando el Black Hornet para mirar dentro y despejar el camino. Las fotos que entrega a la pantalla son realmente claras y es tan pequeño y tranquilo que la gente no lo puede ver ni oír", continuó.