Según ese diario, el Ejército cumplirá labores de policía junto al resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, hasta que terminen los próximos comicios legislativos, para los que aún no hay fecha. El objetivo es que se apruebe la reforma constitucional que blinda los poderes del mandatario ante a la Justicia.
Dicho proyecto fue aprobado por el Consejo de Ministros en una reciente reunión, según Al Ahram, que indica que el texto otorga a los militares los mismos poderes que tiene la policía, entre ellos la detención de personas.
Mientras, uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badía, ha advertido de que defenderán la legitimidad del presidente egipcio, Mohamed Mursi, y denunció que 28 sedes del grupo han sido incendiadas durante las protestas.
"¿Es lógico que salgan a la calle para pedir la caída del presidente? Nosotros defenderemos la legitimidad cueste lo que cueste", subrayó Badía, en alusión a las criticas de la oposición laica de que Mursi ha perdido su legitimidad con sus recientes decisiones.
En una rueda de prensa en la sede del grupo en El Cairo, Badía instó a todos los sectores del pueblo egipcio a "la reconciliación y al diálogo", después de la brecha abierta en el país entre partidarios y detractores de Mursi, que integró los Hermanos Musulmanes hasta que asumió la Presidencia en junio pasado.
"Lo que pasa actualmente es una rivalidad política y la solución democrática para ello es recurrir al pueblo mediante las urnas y no mediante la violencia", dijo el líder de la cofradía. "Continuaremos en nuestra senda, cueste lo que cueste, y defenderemos las instituciones del Estado de quienes desean destruirlas", agregó.
Desde el inicio de las protestas contra Mursi el pasado 22 de noviembre, cuando el presidente anunció su controvertida declaración constitucional, sedes de los Hermanos Musulmanes y de su brazo político, el Partido Libertad y Justicia (PLJ) en varias provincias han sufrido ataques, incluida la principal en El Cairo.
Badía alertó de que no aceptarán más ataques contra el grupo y acusó a la oposición de cometer "actos de sabotaje y vandalismo". El dirigente islamista señaló que aunque parte de la población puede odiar a su grupo, se debe preservar "la unidad de Egipto" y plantear ideas y soluciones sin imponerlas.
"Nosotros permaneceremos con quienes deseen el diálogo", apostilló Badía, que consideró que "lo que sucede en la escena egipcia no es oposición sino algo que carece de validez y que debe ser resistido".
La tensión entre las distintas fuerzas egipcias ha aumentado desde que Mursi blindara sus poderes ante la Justicia el pasado 22 de noviembre y convocara recientemente el referéndum sobre la nueva Constitución.
Para esta jornada, está previsto el inicio del diálogo nacional convocado por el presidente, en el que los principales dirigentes de la oposición no islamista ya han anunciado que no participarán.