En Europa hemos dado una gran importancia a la movilización popular y a su carácter democrático. Bien, pues resulta que sólo el 41% de los censados ha ido a votar. El dato, desde mi punto de vista, apunta a que la revuelta fue más urbana que nacional y eso en un país enorme y con una población rural destacable es un dato político a tener muy en cuenta.
La reforma de la Constitución ha sido aprobada por el 77,2% de los votos registrados, una excelente noticia para los defensores de la reforma: las Fuerzas Armadas, los Hermanos Musulmanes y los partidos consentidos por el régimen naserita supuestamente derribado ¿Quién había pedido el "no"? Los dirigentes estudiantiles que habían iniciado la protesta y los candidatos estrella Mohamed el Baradei y Amr Musa, por desear una Constitución de nuevo cuño y tiempo para formar nuevos partidos políticos.
Conclusión: la sociedad egipcia, atrasada y pobremente educada, tiene un interés limitado en el proceso político, que ha caído en manos de los de siempre, militares, islamistas y compañeros de viaje. Aún así, sería un error pensar que todo va a seguir igual. Habrá elecciones, amañarlas será más difícil que en ocasiones anteriores y quien más se puede beneficiar de todo ello será la Hermandad Musulmana. Los jóvenes demócratas tendrán que luchar contra el reloj para dotarse de plataformas políticas y llegar con sus mensajes a la sociedad si no quieren ver como otros, muy alejados de sus ideales, se quedan con su obra.