La Convención Constitucional que prepara la futura constitución chilena debatió una insólita propuesta a favor de la disolución de los tres poderes del Estado para instaurar a cambio una "Asamblea Plurinacional". El documento, que se votó en la comisión de Sistema Político, no salió adelante pero constituye un ejemplo más de la deriva izquierdista en que está inmerso el país.
La encargada de defender el texto que aboga por una asamblea "de los Trabajadores y los Pueblos" en lugar de los poderes judicial, ejecutivo y judicial, fue María Magdalena Rivera. En su alegato, defendió un "cambio total en la forma del funcionamiento del Estado" y de "la propiedad de los medios de producción" al más puro estilo soviético.
De hecho, en su discurso reclamó una "única asamblea", con "representantes electos en los territorios y lugares de trabajo" y la disolución de las "instituciones estatales" poniendo como ejemplo al "poder soviético", destacando cómo en Rusia "los consejos obreros y populares" estaban "compuestos por trabajadores electos desde abajo, de forma democrática" y "sin influencia del dinero".
Chile luce muy, muy mal.
Qué aterrador. Qué vergüenza para nosotros perder Chile. pic.twitter.com/FD5qtCF25Y
— Orlando Avendaño (@OrlvndoA) February 10, 2022
Rivera también reclamó que cada representante político pudiera "ser revocado por sus asambleas de base si no cumple su mandato" y que no pudiera recibir "más de un sueldo de un obrero cualificado". También pidió "derecho de organización" y representación para la "tropa de las Fuerzas Armadas" y que "ningún sector parasitario" tuviera representantes en el "futuro poder estatal". Entre ellos citaba a los grandes empresarios y la cúpula del Ejército y de la Iglesia. "No producen riqueza, no trabajan, no deben opinar en la conducción del Estado", sostuvo.
La diputada constituyente también mencionó que reclamarán en otra de las comisiones la "socialización de las grandes empresas del país", citando minas, puertos, empresas de energía o bancos. "Deben pasar el control de la clase trabajadora y al pueblo. Así, de forma democrática, la clase trabajadora podrá planificar su economía", mantuvo.
El texto, que contaba con el respaldo de ocho representantes, fue rechazado con 25 votos en contra.