El testigo clave del caso contra la cúpula del partido oficialista Perú Libre por el delito de terrorismo ha huido del Perú por miedo a que sicarios comunistas atenten contra su vida. Asegura que ha recibido "amenazas y llamadas extrañas" y también ha relatado al periódico El Comercio, cómo un abogado del partido del lápiz le citó en una sauna para ofrecerle dinero a cambio de su silencio.
El testimonio de Eddy Villarroel, alias Sacha, es fundamental para la fiscalía en el caso contra el el fundador de Perú Libre, Vladimir Cerrón, y los congresistas Guido Bellido (exprimer ministro) y Guillermo Bermejo, acusados todos ellos del delito de terrorismo. Concretamente Sacha era el nexo entre Perú Libre y el cabecilla terrorista Víctor Quispe Palomino, del Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP) que todavía opera en el Vraem, la zona de Perú más vinculada a Sendero Luminoso y al narcotráfico.
Según ha relatado a El Comercio, Sacha comenzó a recibir "amenazas y llamadas extrañas", hasta que finalmente un abogado de Perú Libre contactó con él para concertar una reunión en una sauna. Y Sacha aceptó "ir a escucharlos" con la esperanza de que "las cosas se calmen".
La reunión en Onsen 21 Spa y Sauna tuvo lugar el pasado 21 de septiembre y allí, además de Sacha, acudió el abogado de Perú Libre, Jhon Benites Tangoa, con un maletín en la mano, según las imágenes de las cámaras de seguridad. Tal y como ha relatado Villarroel a El Comercio, Benites le preguntó: "¿Cuánto quieres?"
No se mencionó la palabra dinero, pero Sacha entendió perfectamente que querían conocer el precio de su silencio: "Yo no hablé en ese momento. Simplemente escuchaba", explica Villarroel, que llegó a ver qué había en el interior del maletín, pero no pudo calcular cuánto dinero contenía.
"En ningún momento mi intención ha sido aceptar; es más, al contrario, rechacé la propuesta económica que me hicieron", ha explicado Sacha. La reunión entre ambos terminó de manera cordial, según relata El Comercio, pero lo que el abogado de Perú Libre no esperaba es que Sacha informase a la fiscalía sobre aquel encuentro.
Y, como era de esperar, Villarroel volvió a recibir amenazas. "Se han enterado de lo que yo había denunciado y estábamos amenazados nuevamente (...) Nos dijeron que debíamos cuidarnos. Que no debí haber hecho eso, denunciarlos, pero era mi deber. No podía aceptar una situación de chantaje".
Finalmente, la noche del 24 de septiembre, Sacha abandonó el país por el temor de que sicarios enviados por el clan comunista de Quispe Palomino "atenten contra su vida y la de su familia".
El pasado 8 de octubre, policías de la Dircote (Inteligencia) capturaron al sicario Edwin Torpoco y en su poder había una lista de objetivos entre los que figuraba ‘Sacha’. Durante el interrogatorio que le hicieron, Torpoco confesó que la terrorista del MPCP, ‘Vilma’, le había enviado para matar a Villarroel.
A pesar de todos esto, el Ministerio Público (en manos de Perú Libre) ha reconocido que no facilitó protección policial a Villarroel hasta el 15 de octubre, cuando le asignó a "dos agentes de la Policía Nacional durante el día y otros dos durante la noche".