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El gobierno comunista de Perú amenaza con nacionalizar un yacimiento de gas en el que participa Repsol

El primer ministro dijo en Twitter que el gobierno busca renegociar contratos y amenazó que, de lo contrario, habrá "recuperación o nacionalización".

El primer ministro dijo en Twitter que el gobierno busca renegociar contratos y amenazó que, de lo contrario, habrá "recuperación o nacionalización".
Guido Bellido, primer ministro de Perú. | Congreso de Perú.

Una vez más se demuestra que nadie sabe quién manda en el gobierno peruano: si es el presidente Pedro Castillo o el primer ministro Guido Bellido que para muchos representa el sector "cerronista", o en otras palabras el ala más extremista del Ejecutivo que recibe indicaciones de Vladimir Cerrón, fundador y secretario general del partido marxista leninista Perú Libre.

La prueba es que este domingo, Bellido volvió a utilizar Twitter para lanzar una amenaza directa al sector privado, esta vez representada por la empresa explotadora y comercializadora del gas de Camisea. Se trata de un consorcio formado por la argentina Pluspetrol, la española Repsol y la estadounidense Hunt Oil, entre otras. En la red social, el primer ministro anunció que los convoca "para renegociar el reparto de utilidades a favor del Estado", al tiempo que lanzó una amenaza directa: "Caso contrario, optaremos por la recuperación o nacionalización de nuestro yacimiento".

Más tarde, en un encuentro en la ciudad de Arequipa, insistió en el tema y recordó que se trata de una promesa de campaña, lo que muchos han interpretado como un mensaje al presidente: "No creo que ninguno de aquí retroceda y traicione al pueblo".

Este anuncio llega apenas unos días después de la visita de Castillo a la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington. Ahí quiso enviar un mensaje a los inversores: "Nosotros no somos comunistas, no hemos venido a expropiar a nadie, no hemos venido a ahuyentar las inversiones". Agregó que "llamamos a los grandes inversionistas, los empresarios para que vayan al Perú, para que lleguen al Perú".

Las contradicciones de este gobierno no acaban ahí ya que, hace un mes, el ministro de Economía, Pedro Francke, dijo en una entrevista a Canal N que "No vamos a expropiar el gas de Camisea. Las empresas privadas seguirán explotando el gas de Camisea. Nosotros queremos asegurar que sirva para que los peruanos tengan un gas más barato en su casa porque hay una gran preocupación por el precio del gas". Evidentemente, Bellido tiene otra idea en mente.

Sin embargo, es preciso recordar que el pasado 13 de septiembre, el propio Castillo dijo en la localidad de Chota, en la región Cajamarca, de donde es originario, que "nos vamos a comprar el pleito de recuperar el gas de Camisea para todos los peruanos".

Rápidas reacciones

Como era de esperar, esta amenaza del primer ministro —que recuerda los "exprópiese" de Hugo Chávez— ha provocado una avalancha de críticas por parte de políticos e incluso de otros miembros de gabinete de ministros.

Uno de ellos es Iván Merino, ministro de Energía y Minas, quien estrenó su cuenta de Twitter con un mensaje en el que aclaró que "estamos comprometidos en trabajar con todos los actores, para lograr consensos en función al bienestar concreto de la ciudadanía", pidiendo que "hagamos las cosas bien".

Por su parte, la presidente del Congreso, Maricarmen Alva, advirtió las nefastas consecuencias que puede tener este tipo de amenazas y aclaró que "la seguridad jurídica y el respeto al Estado de derecho son condiciones fundamentales para trabajar en democracia".

De hecho, ya desde el Congreso se ha presentado una iniciativa, por parte de Patricia Chirinos, del partido Avanza País —la misma que lo acusó de agresión verbal— para invitar a Bellido y explique su amenaza. En el documento se indica que "este tipo de expresiones solo se pueden dar en países donde no hay democracia y donde imperan las acciones dictatoriales, como es el caso de Cuba y Venezuela" y exige saber "si estos comentarios del premier cuentan con la aprobación del presidente de la República".

Lo señalado por Bellido incluso se ha interpretado ya desde la oposición como una intromisión al gobierno de Castillo. El propio Jorge Montoya, de Renovación Popular, uno de los más duros opositores a este gobierno, ha instado al presidente a pronunciarse: "La inacción de Castillo lo coloca en una posición subalterna a su investidura".

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