El líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, considerado en su día la "cuarta espada del comunismo" ha muerto, pero su organización terrorista sigue activa. En su inmenso ego, el comandante Gonzalo, como le llaman los suyos, nunca designó a un sucesor. Pero los policías que vigilan a los senderistas en libertad tras cumplir sus penas tienen un candidato en mente: Zenón Vargas Cárdenas, alias Zorro.
Zenón Vargas era el coordinador nacional de los comandos regionales de Sendero Luminoso y uno de los elementos claves del brazo operativo del grupo terroristas. Incluso llegó a a ser uno de los hombres más cercanos a Abimael Guzmán y, curiosamente, ambos fueron detenidos el mismo día, el 12 de septiembre de 1992. De hecho, la captura de Vargas fue el motivo que precipitó la ejecución de la operación secreta para detener a Guzmán.
Como señala su apodo, el Zorro era huidizo, rápido y astuto. Sin duda era un objetivo prioritario para el GEIN (Grupo Especial de Inteligencia) por tratarse de un mando terrorista muy activo en la sierra central del país. También fue brazo derecho de Martha Huatay, la líder del brazo legal de Sendero Luminoso. Más adelante fue la persona de confianza que informaba directamente a Abimael Guzmán sobre la actividad de todos los comandos regionales y también se encargó del aparato logístico y coordinación de todo tipo de operaciones políticas y militares.
Quienes más lo conocen son los agentes del GEIN que le capturaron. Según El Comercio, el comandante Guillermo Bonilla le recuerda como "un terrorista intrépido, con una altísima carga ideológica". El jefe del GEIN, el coronel Benedicto Jiménez, lo define como un tipo desafiante, "con esa firmeza en los ojos". El general Carlos Morán, exministro del Interior de Perú, comenta que es hermético, cerrado. Nunca delató a nadie, nunca varió su lógica criminal. Los tres coinciden en que es un sujeto peligroso.
El error de Vargas y la caída de Guzmán
El 8 de septiembre de 1992, cuatro días antes de la detención de Guzmán, un grupo de agentes del GEIN que seguía de cerca a Vargas vieron cómo acudía a un colegio en Breña para recoger a sus dos hijos. Tras confirmar que se trataba de el Zorro, le siguieron hasta una casa en la que vivía otra terrorista, Zulma Cruzzat, también investigada por el GEIN.
El error del Zorro, posiblemente motivado por un exceso de confianza, permitió a que los agentes ataran cabos. Pero para su sorpresa, cuatro días más tarde Vargas repitió el patrón y regresó a la misma vivienda. Cuando salió, los agentes le interceptaron pistola en mano y le metieron en un coche. Pocas horas después, fue capturado Abimael Guzmán.
El equipo de vigilancia que hacía guardia frente a la casa Guzmán fue informado de la captura del Zorro. En ese momento, se organizó un operativo de intervención. Según ha contado el general Carlos Morán, cuatro agentes entraron en el domicilio por sorpresa, de una forma tan rápida y efectiva, que el propio Guzmán, sorprendido y parapetado detrás de dos mujeres también terroristas, únicamente atinó a preguntar: "¿Quiénes son ustedes?".
Zenón Vargas está libre
Tras su detención, Vargas fue condenado a 23 años de cárcel. Salió el pasado septiembre de 2015 y, desde entonces, está libre y sigue activo. Los policías que le vigilan de cerca aseguran que "continúa trabajando para la organización Sendero Luminoso en los organismos de fachada", aunque están convencidos de que "tendría un cargo importante dentro de la organización terrorista".
El Zorro sigue siendo discreto y huidizo y "su participación en manifestaciones y marchas son muy pocas". A pesar de ello, se le vio en 2016 organizando una reunión de senderistas en Comas, en el mausoleo erigido para enterrar a terroristas. Vargas estuvo charlando con un grupo de diversas personas y repartió folletos de Sendero Luminoso, todo ello con el mismo espíritu organizativo letal que nunca olvidaron los que le conocen.