De entre el Gobierno de proterroristas y ex guerrilleros de Pedro Castillo, con un primer ministro investigado por apología del terrorismo por justificar a Sendero Luminoso, el nombramiento de Pedro Francke fue recibido por algunos como un perfil moderado dentro de un Ejecutivo que ha desatado ya protestas en Lima y caídas bursátiles.
El profesor de Universidad y economista defendía hace unas semanas que una reforma de la Constitución no era necesaria para acometer los cambios que quiere emprender en la política peruana. Pero lo cierto es que él también se ha manifestado a favor de una reforma constitucional como la que prometió Castillo en su polémica investidura.
En un artículo publicado el año pasado, Francke afirmaba que "es hora de cambiar la Constitución" destacando la necesidad, en su opinión, de modificar el artículo de la aprobada en 1993 que sometía a la inversión extranjera y nacional a las mismas condiciones. Francke defendía en dicho artículo dar "preferencia" a las empresas nacionales y lamentaba no tener en el país "empresas nacionales potentes", citando sectores como el energético o los transportes. Aclaraba Francke que no se trataba de "prohibir" la entrada de la inversión extranjera pero apostaba por "políticas de promoción de la inversión nacional frente a la extranjera en algún sector".
También lamentaba el coto que ponía la Constitución a la actividad estatal frente a la iniciativa privada: "Es la política de la privatización", denunciaba Francke, lamentando cómo "el gas peruano se entrega a trasnacionales que lo exportan, en vez de usarse en bajar costos de la energía y apoyar la industrialización nacional".
"¿Debemos negar por siempre la posibilidad de que en algún sector clave una acción estatal directa podría ser beneficiosa?", se preguntaba citando la necesidad, en su opinión, de una banca pública.
"Hace falta una puesta al día ante esta nueva realidad", señalaba Francke, que afirmaba que "queremos un cambio importante, necesitamos decidir hacia dónde girar, y parte importante de ese cambio puede provenir de que todos discutamos nuevas reglas de juego políticas".
El cambio que proponía Francke y que en las últimas semanas defendía con menos énfasis también aludía a la justicia, como apuntaba en otro artículo crítico con la vigente Constitución peruana. "Hay que insistir en la necesidad de un movimiento de cambio más integral y profundo mediante una nueva Constitución", lamentando la "podredumbre" que en su opinión inundaba todo el sistema judicial.
Francke ha abogado por estos cambios constitucionales durante los últimos años. Uno de los últimos registros en vídeo forman parte de unas declaraciones a un programa de televisión en noviembre de 2020.
¿Qué suponen los cambios que propone Francke?
Cuando uno lee o escucha al "moderado" Francke hablar de los cambios constitucionales que propone es inevitable recordar a Hugo Chávez cuando todavía no había alcanzado el poder en Venezuela. En entrevistas con la prensa de entonces, todavía libre, advertía que él no era ningún dictador, ni ningún comunista peligroso. Es más, llegó a decir que necesitaban inversiones privadas y que nadie se iba a tener que ir de Venezuela.
Con el tono de Francke y su etiqueta de "moderado" pasa algo parecido: sus propuestas pueden tomarse como mal menor cuando pondrían al país en el camino que le llevaría a convertirse en un estado comunista y prácticamente autárquico.
"La inversión extranjera es necesaria, claro que sí. No se trata de prohibir su ingreso y dar un coto cerrado de caza a los monopolios nacionales", dice en un artículo Francke, justo después de señalar que quiere cambiar la constitución precisamente para poner coto a la inversión extranjera y penalizarla frente a la nacional. También señala que "no se trata tampoco de crear empresas públicas por doquier, sin ton ni son", justo después de señalar que lo que necesita Perú es crear muchas empresas públicas y promocionarlas frente a las privadas. "Necesitamos un mejor estado, no sólo más estado".
El mensaje es similar al que lanzaba en 1998 lanzó Hugo Chávez en televisión: "No voy a nacionalizar nada" o "queremos que los capitales privados y la inversión venga a Venezuela". Algo que hacía convivir con su deseo de ir "más allá del socialismo".
Francke también quiere primar la inversión nacional frente a la extranjera, que los principales sectores económicos y sociales estén ofrecidos por empresas nacionales y quiere tener herramientas para rescindir contratos con empresas privadas a placer y, por supuesto, una banca pública todopoderosa que elimine la competencia de las privadas.
¿Moderado?
Francke fue nombrado ministro de Economía el pasado viernes junto al nuevo ministro de Justicia, Anibal Torres, después de que en un primer momento rechazara entrar en el radical gobierno diseñado por Vladimir Cerrón, el hombre que se esconde tras Pedro Castillo.
En Twitter, Francke afirmó tras su nombramiento que "necesitamos con urgencia recuperar el empleo respetando la propiedad privada, asegurando buen funcionamiento de los mercados, promoviendo inversión privada y la pública".
También defendió "la necesidad de tener una separación clara entre el gobierno y el partido, reconociendo que este es una base política indispensable siempre que la apuesta sea concertar y fortalecer la democracia". Trataba de calmar así la inquietud generada por el poder del leninista presidente de Perú Libre.