"La privación de mi libertad me causa profunda tristeza por mi señora, por mi familia y por los colombianos que todavía creen que algo bueno he hecho por la patria", escribió Álvaro Uribe al anunciar la decisión que tomó el tribunal en un caso por presunta manipulación de testigos y fraude procesal.
La Corte ordenó la detención del exmandatario al considerar que hay riesgos de que Uribe, senador del partido de derecha Centro Democrático, obstruya la justicia y determinó que "cumplirá la privación de la libertad en su residencia", desde donde "podrá continuar ejerciendo su defensa con todas las garantías del derecho al debido proceso".
Esta decisión expuso nuevamente la fractura política que existe en Colombia, donde la mitad del país apoya a Uribe como el "salvador de la patria" por su lucha frontal contra los terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) durante los ocho años de su Gobierno.
Esa polarización se hizo evidente en las reacciones a la decisión judicial e involucró incluso al actual presidente colombiano, Iván Duque, que rompió una lanza por su mentor y jefe de su partido al lamentar que a Uribe "no se le permita defenderse en libertad". "Duele como colombiano que muchos de los que han lacerado al país con barbarie se defiendan en libertad o, inclusive, tengan garantizado jamás ir a prisión, y que a un servidor público ejemplar, que ha ocupado la más alta dignidad del Estado, no se le permita defenderse en libertad, con la presunción de inocencia", manifestó Duque.
Los defensores de Uribe se volcaron a las redes sociales y al menos un centenar salió a las calles para criticar la decisión de la Corte Suprema, comparándola con la que tomó ese mismo tribunal el año pasado cuando ordenó la libertad del jefe terrorista Seuxis Paucias Hernández, alias "Jesús Santrich", que después de fugarse volvió a tomar las armas en una disidencia de las FARC.
Por otro lado, unas cincuenta personas llegaron hasta el Palacio de Justicia, sede de la Corte Suprema, en el centro de Bogotá, para hacer un cacerolazo en respaldo a la decisión que tomó ese alto tribunal. "Por fin Uribe pasó de presidente a presidiario, Colombia celebra", se podía leer en una pancarta que cargaban los manifestantes mientras gritaban consignas contra el expresidente.
También llevaban banderas y letreros con mensajes como "Anti Uribe Social Club", mientras que algunos cargaban en sus manos los cascos de las bicicletas en las que llegaron hasta el Palacio de Justicia.
El Centro Democrático, creado por Uribe en 2014, aseguró que recibió "con indignación" la decisión de la Corte Suprema porque Uribe "ha demostrado a lo largo de su trayectoria ser un hombre íntegro y trasparente", y manifestó que ninguna de las actuaciones del expresidente "justifica la limitación de la libertad".
En un comunicado los integrantes del partido reiteraron que el senador "debe defenderse en libertad" y argumentaron que Uribe le sirvió a Colombia como presidente ocho años, tiempo en el que "recuperó la confianza de la ciudadanía en las instituciones del Estado".