Desde que la crisis sanitaria provocada por la pandemia de la covid-19 llegó a Latinoamérica, los países optaron por diversas estrategias: los que ordenaron de inmediato cuarentenas y toques de queda, y otros que decidieron ser más flexibles: en este último grupo estuvo México hasta que su presidente Andrés Manuel López Obrador reaccionó al ver que la situación era cada vez más grave. Y lo está Brasil, cuyo presidente, Jair Bolsonaro, sigue en contra de las inmovilizaciones en las ciudades.
Por el contrario, Perú intentó adelantarse lo antes posible y el 16 de marzo ordenó una cuarentena en todo el país –con toque de queda incluido– que aún se mantiene y que acabará, en principio, el 24 de mayo. Sin embargo, después de más de dos meses de inmovilización social, las cifras siguen en aumento, pese a que la semana pasada el presidente Martín Vizcarra aseguró que la curva de contagios comenzaría a aplanarse: "Ya el Perú llegó al tope, a la cima, y comienza ya este nivel lento de descenso que es lo que habíamos estado esperando".
Lo que está claro es que las cifras no le dan, por el momento, la razón al presidente peruano: a este domingo, Perú superó los 92.000 casos con más de 2.600 fallecidos. Las autoridades sanitarias informaron de que se detectaron 3.732 casos más de la enfermedad y murieron 125 personas entre el sábado y el domingo. La epidemia mantuvo su epicentro en Lima (ciudad de 10 millones de habitantes) que presenta 59.712 casos y 915 fallecidos.
Además de eso, la capacidad de los hospitales de Lima comienza a llegar al límite sin la posibilidad de recibir a nuevos pacientes, una grave situación que ya ha sido señalada por la Defensoría del Pueblo. Casi desde el inicio de la crisis, el gobierno peruano adecuó la Villa Panamericana de Lima para recibir a pacientes intermedios, algo que permitió en un inicio aliviar el sistema de salud.
Cifras ascendentes en Brasil
Pero Perú no es el país con las cifras más altas de la región: Brasil registró 7.938 nuevos casos este domingo, con lo que el total de contagiados llegó a 241.080, y 485 nuevas muertes, que elevaron el total de víctimas en solo dos meses a 16.118, según el boletín divulgado por el Ministerio de Salud. La acentuada curva ascendente de la enfermedad lo convierte en el cuarto país más afectado por el nuevo coronavirus por encima de España e Italia y lo acercó al Reino Unido que contabiliza casi 245.000 casos.
En cuanto a las muertes, tras la cifra más alta de 881 el pasado martes, cuando fueron incluidas algunas ocurridas en el fin de semana anterior y que no habían sido contabilizadas, el número cayó a 749 el miércoles, se situó en 844 el jueves, en 824 el viernes y en 816 el sábado, antes de caer a 485 este domingo, un dato que podría corregido en los próximos días.
Estos datos no parecen cambiar la posición del presidente Bolsonaro, opuesto a las cuarentenas. De hecho, este domingo volvió a acudir a una manifestación a su favor. Esta vez lo hizo acompañado por once ministros y destacó la gran presencia de seguidores en el acto pese a las medidas de los Gobiernos regionales para evitar las aglomeraciones. Además, el mandatario tiene un nuevo problema en su gabinete tras la dimisión de su ministro de Salud, Nelson Teich, nombrado hace apenas un mes.
El estado de Sao Paulo, con 46 millones de habitantes, continúa como el más afectado por la enfermedad, con 62.345 casos y 4.782 muertes. Bruno Covas, alcalde de Sao Paulo, admitió este domingo que el sistema de salud municipal está próximo al colapso por la creciente demanda de camas para pacientes y que estudia la posibilidad de decretar la cuarentena total.