Con el 80,35 % de mesas escrutadas, Alberto Fernández de la agrupación Frente de Todos, obtuvo un 47,10% de los sufragios, seguido por Mauricio Macri, de Juntos por el Cambio, que cosechó el 32,48% y Roberto Lavagna, con el 8,41%, según se refleja en la página oficial de resultados.
En la práctica, estas primarias, para las que estaban llamados a votar 33,8 millones de ciudadanos, son una gran encuesta electoral, ya que ningún espacio político llevó más de una lista de candidatos a presidente y vicepresidente y solo las fórmulas que no superen el 1,5% de votos quedarán fuera de las generales del 27 de octubre.
En base a los datos actuales, además de las candidaturas de Fernández, Macri y Lavagna, logran traspasar ese umbral Nicolás del Caño, representante del Frente de Izquierda y de Trabajadores, con el 2,86%; Juan Gómez Centurión, de Frente Nos, con el 2,67% y José Luis Espert, con el 2,24%. El resto de las 10 fórmulas a presidente y vicepresidente que se presentaron a estas elecciones quedarían fuera de las generales.
Macri reconoció su derrota antes de los resultados
El presidente argentino reconoció su derrota antes de conocerse los primeros resultados provisionales. "Hemos tenido una mala elección y eso nos obliga a partir de mañana a redoblar los esfuerzos para que en octubre logremos el apoyo que se necesite para continuar con el cambio", dijo en un acto en el búnker del oficialista Juntos por el Cambio en Buenos Aires.
Agregó que "claramente estamos dejando todo por nuestro querido país. Duele que hoy no hayamos tenido todo el apoyo que esperábamos pero a partir de mañana todos somos más responsables de que este país salga adelante. Así que a dormir y a empezar a trabajar mañana a la mañana".
Macri remarcó que "hay que ir hacia el futuro" y "vivir en un sistema donde se fortalezca "aún más la institucionalidad" y la "democracia". "Trabajemos juntos para la elección de octubre, que es donde se ha de decidir tal vez los próximos 30 años de Argentina", consideró.
El presidente reconoció "el nivel de dificultades" que ha tenido el país "estos últimos", en clara referencia a la recesión económica desatada en el segundo trimestre del año pasado, por una abrupta devaluación del peso que desencadenó una fuerte inflación, una caída en el consumo y un aumento en los niveles de pobreza. "Ha llevado a que haya mucha angustia, mucha duda, pero insisto: estoy acá para ayudarlos, estoy acá porque amo este país y creo en cada uno de ustedes y en lo que todos podemos hacer", enfatizó.
"Es muy importante que todos sigamos dialogando en este país y tratando de explicar al mundo qué es lo que queremos, porque aislados del mundo no tenemos futuro", remarcó. Según concluyó, si no hay "un mensaje claro" para que los países puedan ayudar a Argentina "va a ser difícil" que se pueda "construir" ese país que todos quieren.