"Hoy Venezuela es un país invadido por Cuba y que hay que liberar", manifestó Julio Borges, quien además es el representante ante el Grupo de Lima del jefe del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de cincuenta países.
Borges denunció el alto grado de "intervención" de agentes cubanos "dentro del Estado venezolano y particularmente en la Fuerza Armada Venezolana". "Este país (Cuba) tiene un grado alto de intervención dentro del Estado venezolano y particularmente en la Fuerza Armada Venezolana; los militares venezolanos son vigilados, amedrentados, arrestados, condenados e incluso torturados por agentes enviados desde La Habana", añadió el exdiputado, que está exiliado en Colombia.
En la Asamblea General la delegación de Venezuela está conformada por Borges; el representante permanente ante la OEA del Parlamento, Gustavo Tarre, y Carlos Vecchio, "embajador" ante EEUU, entre otros.
En los últimos dos años la OEA ha emitido cuatro resoluciones contra el régimen de Nicolás Maduro, la más reciente de las cuales fue la de abril pasado, que aceptó el nombramiento de Tarre como "representante permanente" por designación de la Asamblea Nacional. En ese sentido, Borges agradeció el apoyo de la OEA y solicitó a los países miembros que lo mantengan por los peligros que representa "el Estado fallido" -dijo- que preside Maduro.
"Respetuosamente les solicitamos mantener el apoyo que nos ha brindado esta región en la lucha contra la dictadura de Nicolás Maduro. La crisis venezolana, como ya ustedes han podido comprobar, tiene un impacto regional y es una amenaza real para toda la región", detalló.
Borges señaló que el flujo migratorio de venezolanos ya es el segundo del mundo, detrás de Siria, y que "de seguir la dictadura en el poder" la cifra de personas que huyen del país sudamericano puede alcanzar los cinco millones este año y los ocho millones en 2020. "Las consecuencias de esto para los países vecinos serían económicas, sociales y políticamente devastadoras (...) El régimen de Maduro ha generado un daño tan severo en este momento que el destino de Venezuela y de toda la región se encuentran absolutamente fusionados", aseveró.
También aseguró que el fin del régimen de Maduro permitiría que se restablezca "la libertad" en Venezuela y "tendría consecuencias para la libertad de Cuba y de Nicaragua". "Acabaría con cualquier tentación de quienes pretendan convertirse en dictadores a futuro. Este cambio es solo comparable con lo que vivió europa hace 30 años. Por ello podemos afirmar que el final de Maduro es la caída del Muro de Berlín para América Latina", concluyó.