Los restos de Alan García fueron trasladados en la tarde del miércoles a la Casa del pueblo, sede del partido aprista, desde el Hospital Casimiro Ulloa en el que falleció después de pegarse un tiro en su vivienda antes de su detención.
La muerte de García ha conmocionado al país, que lo vio convertirse en uno de los presidentes más jóvenes del mundo en 1985 cuando éste tenía 36 años. Fuentes del partido indicaron que se ha pedido que ningún representante del Gobierno del presidente, Martín Vizcarra, acuda a la vigilia. El Ejecutivo decretó tres días de luto por la muerte de García.
Durante la jornada han acudido el fundador del Partido Popular Cristiano y exministro de Justicia Luis Bedoya Reyes, así como el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, y el arzobispo de la capital, Carlos Castillo.
El dirigente del APRA Omar Quesada indicó que los restos mortales de García serán incinerados por decisión de la familia. "El sepelio será el viernes. Será cremado y se han hecho todas las consideraciones para que las diferentes bases apristas del país estén presentes", dijo en declaraciones concedidas a la emisora RPP.
García gobernó Perú en dos mandatos -de 1985 a 1990 y de 2006 a 2011- y en los últimos años hizo frente a las acusaciones vertidas contra él por presunta corrupción. En noviembre, solicitó asilo sin éxito a Uruguay tras refugiarse en la Embajada uruguaya en Lima. García estaba siendo investigado por presuntos sobornos en la construcción de dos tramos de la Línea 1 del metro de Lima, proyecto en el que estaba involucrada Odebrecht.
El ex presidente siempre ha defendido su inocencia y el martes reiteró esta postura en un mensaje publicado en Twitter: "Como en ningún documento se me menciona y ningún indicio ni evidencia me alcanza, sólo les queda la ESPECULACIÓN o inventar intermediarios. Jamás me vendí y está probado".
Además de a García, la trama corrupta de Odebrecht ha salpicado a los también ex presidentes Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, así como a la líder opositora Keiko Fujimori. Todos aguardan la resolución de sus causas judiciales en Perú, menos Toledo, que está pendiente de la extradición desde Estados Unidos.