La posibilidad de que España impulse una nueva mesa de diálogo entre el Gobierno de Maduro y los opositores ha recibido las críticas de la oposición venezolana. "Estamos convencidos de que la solución está en un diálogo democrático y pacífico entre los ciudadanos venezolanos", dijo este fin de semana el secretario de Estado español para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, Juan Pablo de Laiglesia. Sus palabras fueron luego corroboradas por el ministro de Asuntos Exteriores Josep Borrell, que abogó por "facilitar el diálogo", aunque sin abandonar las sanciones impuestas por la UE a 18 funcionarios del régimen.
En Casa de Herrero, de esRadio, el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma ha alertado de que se trata de un "paso atrás" y lo ha atribuido a la "zapatización de la política exterior", que es "tóxica". Aludía así al papel de "mediador" de José Luis Rodríguez Zapatero en Venezuela, muy criticado por la oposición y más después de que el ex presidente llegase a atribuir la crisis migratoria en el país a las sanciones de EEUU.
"Me preocupa la influencia de Zapatero en la política exterior española", ha apuntado Ledezma antes de recordar que el anterior proceso de diálogo fue "una burla, una parodia". España, ha subrayado, debería "asumir la conducta de Francia y Canadá" y llevar los crímenes del régimen al Tribunal Penal Internacional y respaldar los informes de la OEA. "Maduro busca una bombona de oxígeno, sería muy penoso que España sirviera a esa estrategia", ha avisado.
En la misma línea se ha mostrado la dirigente opositora María Corina Machado, que ha lamentado el "giro en la política exterior del gobierno español" con respecto a su país, al tiempo que ha urgido al bloque europeo a extender "más sanciones" contra la "dictadura" de Maduro. "Sorprende y duele mucho este giro en la política exterior del gobierno español", ha apuntado.