"Cualquier país que hace negocios con Maduro y su Gobierno está dañando a propósito a los venezolanos", aseguró la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley. La diplomática presidió una reunión informal del Consejo de Seguridad, organizada por la delegación estadounidense para analizar la crisis venezolana, que habitualmente no figura en la agenda de este órgano.
Washington ligó la cita a una sesión oficial, celebrada unas horas antes, sobre los vínculos entre la corrupción y el estallido de conflictos. Según Haley, "Venezuela es una llamada de atención" para el mundo sobre la necesidad de actuar frente a la corrupción, pues ese tipo de comportamiento por parte de autoridades termina desembocando en problemas internacionales.
"Hemos estado hablando de Venezuela desde hace mucho tiempo, ahora tenemos que hacer algo sobre Venezuela", avisó. La diplomática apuntó, en concreto, a los países que "están dando apoyo a Maduro" y a aquellos que se están enriqueciendo gracias al régimen: "tenemos que decir que ya basta", insistió Haley.
Estados Unidos pidió al resto de Estados que sigan su ejemplo e impongan sanciones a funcionarios venezolanos, que les impidan el uso de sus estructuras financieras y que investiguen movimientos sospechosos de capitales. También llamó a buscar fórmulas para romper el "control" que ejerce el Gobierno sobre la población gracias a la distribución de alimentos y medicinas y solicitó que se detenga cualquier financiación a las autoridades y empresas públicas, pues esos fondos terminarán siendo "robados".
Las recomendaciones las hizo el subsecretario del Tesoro para Financiación Terrorista, Marshall Billingslea, que denunció ante el Consejo de Seguridad la "cleptocracia" en la que se ha convertido Venezuela. "Bajo Maduro, la malversación, la corrupción y el fraude se han convertido en toda una política económica, destinada a mantener la lealtad de figuras del régimen que apoyan su continuidad", subrayó.
Entre otras cosas, Billingslea acusó al Gobierno de estar explotando ilegalmente los yacimientos de oro del país para su propio beneficio y de "robar" del sistema de distribución de alimentos a la población, articulado a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
En la sesión intervino además la directora ejecutiva de la organización Transparencia Venezuela, Mercedes de Freitas, quien denunció que el país es "el ejemplo perfecto de la gran corrupción", con responsabilidades al más alto nivel y total impunidad.
Haley, mientras tanto, defendió que es obvio que la crisis en Venezuela está teniendo un impacto fuera de las fronteras, principalmente con el éxodo masivo de venezolanos a países como Colombia, Perú, Brasil y Ecuador. Además, aseguró que problemas regionales como el tráfico de drogas están agravándose por el "Gobierno corrupto de Venezuela" e insistió en que el Consejo de Seguridad "debe hacer más" para responder a la amenaza que emana del país.
Haley, además, acusó a Caracas de tratar de usar cualquier vía a su alcance para tratar de "distraer" de la situación del país. La diplomática se expresó así al ser preguntada por los periodistas por las supuestas reuniones mantenidas por funcionarios estadounidenses con militares rebeldes venezolanos para discutir un posible golpe de Estado, de las que informó este fin de semana el diario The New York Times.