Los manifestantes, en su mayoría empleados e inversionistas, acudieron al llamamiento realizado por el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), para reclamar por "la paz y el diálogo". La mayoría de personas asistió vestida de blanco, portando la bandera de Nicaragua.
Otro grupo se manifestó con camisas negras, por el luto de los estudiantes muertos o desaparecidos durante los enfrentamientos contra grupos, que parte del sector privado se lo atribuyen a los "paramilitares". Según los últimos datos, la represión del régimen de Daniel Ortega dejó al menos 27 muertos, 428 heridos, y más de 100 personas arrestadas o desaparecidas, en los primeros cinco días de manifestaciones.
La manifestación se da en medio de un ambiente tenso, después de que Ortega fracasó al creer que la anulación de las medidas de seguridad social que desencadenaron las protestas volvería todo a la normalidad.
Los manifestantes insisten en que las medidas de seguridad social solamente fue la gota que derramó el vaso, después de 11 años de administración "orteguista", en la que señalan al Gobierno de corrupción, indolencia, represión, autoritarismo, abuso de poder, fraudes electorales, entre otras acusaciones.