El papa Francisco viaja acompañado por una delegación vaticana compuesta, entre otros, por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin; el presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, Marc Ouellet, así como 70 personas entre periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión.
Este viaje a Chile y a Perú es el vigésimo segundo de su pontificado y el sexto a Latinoamérica desde su elección en 2013, donde ya ha visitado Brasil en 2013; Bolivia, Ecuador y Paraguay en julio 2015; Cuba y Estados Unidos en septiembre de 2015, México en 2016 y Colombia en 2017.
La agenda oficial comenzará este martes con un discurso a las autoridades chilenas y al cuerpo diplomático en el Palacio La Moneda, sede del Ejecutivo, y se reunirá con la presidenta saliente, Michelle Bachelet, mientras que no habrá encuentro privado y solo un saludo con el mandatario elegido, Sebastián Piñera. Después oficiará una misa multitudinaria, a la que se espera asistan 500.000 personas, en el Parque O'Higgins.
El pontífice argentino visitará la prisión de San Joaquín, en la que será la primera vez que visita una cárcel femenina, donde escuchará el testimonio de una reclusa. Luego se trasladará a la catedral de Santiago para un encuentro con los religiosos y religiosas chilenos y después se realizará la tradicional reunión con los obispos y una visita privada al santuario de San Alberto Hurtado.
Atención a la Amazonía
Este viaje también servirá para escuchar los problemas y reivindicaciones de la región Panamazónica, en vista del inédito Sínodo de los obispos que se celebrará en octubre de 2019. Fue justo a los obispos peruanos en marzo del pasado año a quienes Francisco les reveló no solo su intención de viajar a Perú sino su voluntad de organizar un sínodo sobre la Amazonía ante los numerosos problemas existentes relatados por los sacerdotes.
En Perú, la existencia de los pueblos originarios se ve sobre todo amenazada por la explotación ilícita de los recursos naturales y la contaminación causada por ello. Francisco visitará Puerto Maldonado (sureste peruano), donde viven unos 29.000 indígenas de un total de 348.411 habitantes, y que representan a 22 pueblos amazónicos y 171 comunidades nativas.
Allí almorzará con nueve representantes de estas comunidades nativas amazónicas y después participará en una reunión con 3.500 indígenas en el pabellón deportivo Coliseo Madre de Dios, donde escuchará todas sus peticiones.
Según un informe realizado por el vicariato de Pueblo Maldonado, territorio que pertenecía a los pueblos amazónicos, "actualmente más del 75% se encuentra adjudicado a empresas petroleras y mineras sin que el Estado haya realizado procesos de consulta como establece la ley".