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Los venezolanos votan a sus alcaldes en unas elecciones boicoteadas por la oposición

La falta de garantías democráticas favorece la ausencia de candidatos de los principales partidos opositores.

La falta de garantías democráticas favorece la ausencia de candidatos de los principales partidos opositores.
Una de las urnas utilizadas en las elecciones de gobernadores en octubre de este año. | Cordon Press

Los venezolanos vuelven este domingo a las urnas para elegir alcaldes, en unos comicios donde la ausencia de candidatos de los principales partidos opositores podría ayudar al presidente Nicolás Maduro a consolidar su poder de cara a las elecciones generales del 2018.

Después de aguantar cuatro meses de protestas casi diarias contra su Gobierno, sanciones internacionales y desacuerdos en su gabinete, el partido del presidente se adjudicó en octubre una sorprendente mayoría en las elecciones de gobernadores, gracias en buena parte al aparato electoral chavista.

Ahora, con 335 alcaldías en juego, los partidarios de Maduro parecen seguros de su victoria, gracias al abstencionismo que tomó fuerza en la oposición después de la última votación.

Los principales partidos opositores (Primero Justicia, Voluntad Popular y Acción Democrática), decidieron no postular candidatos para este domingo, argumentando que el sistema electoral no es fiable y está diseñado para mantener en el poder a la "dictadura".

La decisión de no concurrir ha creado división entre las fuerzas de la oposición. "Es una locura no participar", sostiene Dimitris Pantoulas, un analista político local. "El Gobierno probablemente tendrá uno de los mejores resultados de su historia (...) Maduro tendrá mucha fuerza después de estas elecciones", añade.

Por otro lado se encuentran opiniones como la del exalcalde de Caracas Antonio Ledezma que no es partidario de que la oposición concurra a las elecciones si no se garantiza "un cambio estructural del aparato electoral y una acreditada observación internacional".

Los chavistas ya tienen más del 70 por ciento de las alcaldías venezolanas, y se prevé aumenten el número de puestos bajo su control, lo que podría abonar el terreno para que Maduro busque competir por un segundo mandato de seis años, como sugirió el vicepresidente, Tareck el Aissami.

A pesar de contar con la mitad del apoyo popular que tenía cuando ganó las elecciones presidenciales de 2013, erosionado en parte por la profunda crisis económica que vive el país, Maduro ha conseguido consolidarse dentro de su partido y se mantiene como el candidato favorito del régimen para las elecciones de 2018 e incluso podría ganar si la oposición no vuelve a organizarse en una coalición sólida.

Algunos partidos pequeños sí que han presentado candidatos, alimentando los desencuentros y las peleas dentro de la alianza de partidos que integran la Mesa de Unidad Democrática (MUD).

"Hay una enorme frustración en el venezolano por todo lo que ha ocurrido este año", admite Yon Goicoechea, candidato del partido Avanzada Progresista. "Pero con todo y eso, la solución no puede ser tirar la toalla", defiende.

Este líder se inscribió en la contienda a pocas horas de salir de la cárcel, donde permaneció por más de un año acusado de presuntamente conspirar contra Maduro. Se postula para la alcaldía de El Hatillo en Caracas, un bastión de la oposición.

Las elecciones municipales llegan casi cuando se cumplen cuatro años de recesión económica, que en combinación con una galopante inflación ha traído escasez y hambre a Venezuela. Sin embargo con una oposición desarticulada, Maduro y sus aliados lucen entusiastas.

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