Convocados por Perú, los cancilleres y representantes de Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Costa Rica, Granada, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Santa Lucía y Uruguay estuvieron reunidos durante todo el día en la sede de la cancillería.
Al término del encuentro, que se prolongó cuatro horas más de lo previsto, los ministros declararon su decisión de no reconocer a la Asamblea Nacional Constituyente, ni los actos que emanen de ella, por su carácter ilegítimo, y condenaron la ruptura del orden democrático en Venezuela.
Esas fueron algunas de las conclusiones expresadas en la denominada Declaración de Lima. El texto incluyó el reconocimiento de la Asamblea Nacional como único órgano legítimamente elegido en Venezuela, el rechazo a la violencia y una condena a la violación de los derechos humanos cometidos en el país.
La declaración fue presentada por el ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Ricardo Luna, quien no dudó en afirmar ante los medios presentes que "lo ocurrido en Venezuela" en los últimos días "es un quiebre decisivo" en la situación política y que "lo que tenemos ahora es que Venezuela es una dictadura". "Básicamente la declaración es un acuerdo sobre el hecho de que en Venezuela se ha roto el orden democrático, y restablecer ese orden, pasa por revertir la Asamblea Constituyente", afirmó Luna.
Compartimos la Declaración de Lima tras reunión de Cancilleres https://t.co/rU3aaxJuJG pic.twitter.com/nvCz5YSb4N
— Cancillería Perú🇵🇪 (@CancilleriaPeru) August 8, 2017
La Declaración de Lima, en su "pleno respaldo y solidaridad" con la Asamblea Nacional "democráticamente electa", señaló que todos los actos jurídicos que conforme a la Constitución venezolana vigente "requieran autorización" de la misma, sólo serán reconocidos cuando dicha Asamblea "los haya aprobado". Además, también expresó "su apoyo y solidaridad con la Fiscal General y los integrantes del Ministerio Público de Venezuela" y exigió la "aplicación de las medidas cautelares emitidas por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos".
Los cancilleres también condenaron "la violación sistemática de los derechos humanos y las libertades fundamentales, a la violencia, la represión, y la persecución política, la existencia de presos políticos y la falta de elecciones libres bajo observación internacional independiente". El documento también resaltó que en Venezuela no se cumplen los "requisitos y obligaciones" de los miembros del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y respaldaron la decisión de "continuar la aplicación de la Carta Democrática Interamericana a Venezuela".
También se apoyó explícitamente al Mercosur por su decisión de suspender a Venezuela en aplicación del Protocolo de Ushuaia. Junto a esto, los cancilleres solicitaron suspender cualquier transferencia de armas a Venezuela mientras continúe esta situación en el país y pidieron a la presidencia protémpore de la CELAC y a la Unión Europea suspender la cumbre prevista entre ambas organizaciones para octubre de 2017 hasta que se solucione esta crisis.
En su último punto, la Declaración de Lima subrayó su apoyo "de manera urgente" a "todo esfuerzo de negociación creíble que y de buena fe" que cuente con "el consenso de las partes" enfrentadas en Venezuela y que esté "orientado a alcanzar pacíficamente el restablecimiento de la democracia en el país".