Bibiana Aído fue un producto político típico del zapaterismo: joven aunque escasamente preparada, pasó prácticamente de la nada –era directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco- a ser ministra de Igualdad, e incluso a tener en sus manos responsabilidades como la redacción de la Ley del Aborto que, por cierto, sigue vigente en nuestro país.
La llegada de la crisis supuso la desaparición en 2010 del Ministerio de Igualdad pero no de la propia Aído, que seguiría un año más en política española como secretaria de Estado, donde se mantuvo hasta 2011.
Pero el final de Zapatero sí supuso que la política gaditana tuviese que buscar fuera de nuestro país la continuidad de su carrera, y la encontró en la ONU, como asesora de Michelle Bachelet en ONU Mujeres, la "entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer", tal y como lo explica en su propia página.
Desde entonces la exministra ha venido desarrollando su labor trabajo en un par de puestos más siempre dentro de la misma agencia de la ONU: tras su etapa como asesora de Bachelet –que terminó en 2013 cuando la chilena dejó Naciones Unidas para presentarse a la presidencia de su país- y aunque en algún momento se daba por hecha su salida, fue nombrada Asesora de Programas para las Américas y el Caribe.
Desde ahí, y coincidiendo con el inicio de año, ha dado su último salto profesional al convertirse en Representante de ONU Mujeres en la Oficina de Ecuador, tal y como se puede ver en la web del organismo.
Un nombramiento polémico
En su momento el nombramiento de Aído estuvo rodeado de la polémica, ya que fue precedido de un acuerdo firmado en abril de 2010 entre ONU Mujeres, organismo recién creado entonces, y el Gobierno de España que suponía un desembolso de 99 millones de euros de dinero público.
De hecho, ya antes de la creación de ONU Mujeres el gobierno de Zapatero habría hecho donaciones de más de 200 millones de euros a Naciones Unidas para proyectos relacionados con la mujer.
Una carrera lucrativa
La andadura de Aído en la ONU ha sido muy provechosa económicamente y le ha permitido mantener un alto nivel de vida en una ciudad como Nueva York, en la que según se supo hace años pagaba un alquiler en el conocido y glamoroso barrio de Tribeca de alredor de los 5.000 dólares al mes.
Según las cifras que se manejaron cuando Aído llegó a la ONU, la gaditana cobraba 7.500 euros mensuales más complementos. Algunos medios como El Confidencial elevaban la cifra total por encima de los 10.000 euros al mes que según este medio habría mantenido al cambiar de destino tras la salida de Bachelet.
Este mismo periódico asegura ahora que mantendrá un nivel similar de remuneración, un dinero eso sí que le cundirá bastante más en un país como Ecuador, con un nivel de vida mucho más bajo que Nueva York.