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Andrés Pastrana: "Las FARC siguen como cártel"

El expresidente colombiano advierte de que "el acuerdo con las FARC deja un Ejecutivo dominante y dictatorial". 

Andrés Pastrana en una imagen de archivo. | EFE

Andrés Pastrana advierte en una entrevista en ABC que"las FARC se acaban como guerrilla, pero siguen como cártel".Recuerda el expresidente de Colombia que él negoció con el grupo narcoterrorista y que sus pretensiones eran inaceptables en un Estado de Derecho. "Si yo les hubiera entregado una cuarta parte de lo que les entregó Santos, ellos me habrían firmado a la carrera cualquier cosa", asegura.

"Hasta ahora el Frente Primero de las FARC ha dicho que no entra al proceso porque es el que maneja el negocio del narcotráfico. Las FARC se acaban como guerrilla, pero siguen como cártel", afirma.

Ahora, Pastrana defiende el "no" en el plebiscito que ha convocado el presidente Santos para el 2 de octubre porque considera "malo" el acuerdo con las FARC. A su juicio, entrega a Colombia y sus instituciones. "Lo que no deja dormir a Santos es seguramente su confusión entre los acuerdos y la paz, que son dos cosas muy distintas", asegura.

"En Colombia se dio un golpe de Estado. El acuerdo con las FARC deja unas instituciones maltrechas y un Ejecutivo dominante y dictatorial. Y la locura máxima de una Constitución nueva, pétrea e irreformable. Lo que hemos advertido es que los partidarios del acuerdo confían en que los jueces y funcionarios sean honestos. Pero no tienen en cuenta que unas instituciones torcidas, aun en manos de la Madre Teresa, constituyen una bomba de tiempo a la democracia. Así sucedió en Venezuela. Por eso le preocupa tanto a Maduro que las instituciones caigan en manos de sus adversarios por mayoría abrumadora", sentencia Andrés Pastrana.

"Inmoralidad democrática"

El exdirigente colombiano afirma que "el país entero ha entendido ese "sí" como un "no" disfrazado de quien aspira a la Presidencia con tesis diametralmente contrarias al acuerdo de Santos y las FARC. El presidente se ha empeñado en vender la idea de que en aras de los acuerdos de La Habana el fin justifica los medios. Y esa inmoralidad democrática, por decirlo de alguna manera, ha calado en algunos sectores. Pero también ha generado una airada reacción en quienes creen en las instituciones democráticas como cimientos de una paz real, a los que el pacto con un comunismo rancio y el narcotráfico no convence".

"Que el propio jefe negociador de las FARC pidiera el día de la firma del acuerdo que se declare una guerra a los paramilitares, que hoy son mucho más peligrosos y poderosos que las FARC, y que la guerrilla del ELN, que muchos sindican como sucursal de las FARC, abra negociaciones de paz, resume en buena parte lo que viene. Queda, además, el narcotráfico en el que las FARC son predominantes y en el que sigue actuando con socios como el Chapo Guzmán, Al Qaeda y el cártel de los Soles venezolano", advierte Pastrana en la entrevista.

Añade el expresidente colombiano que "todo esto es la consecuencia de la muerte del Plan Colombia por exigencia de las FARC. El Plan fue concebido junto con el presidente Bill Clinton como una ofensiva social y militar contra el narcotráfico y eventualmente contra la guerrilla. Fue tan exitoso que con unas Fuerzas Armadas y Policía renovadas se logró sentar a las FARC de nuevo a la mesa y reducir los cultivos de coca de 180.000 hectáreas en mi Gobierno a 40.000 en el Gobierno Uribe. Pero, por exigencia de FARC, Santos bajó los brazos y les entregó la cabeza del Plan Colombia. Hoy se llega a 200.000 hectáreas y el negocio del cártel de las FARC duplica su tamaño cada dos años".

Preguntado por si es relevante en este contexto que se declare el narcotráfico un delito conexo. Pastrana asegura que"el presidente Santos está pidiendo que se declare el narcotráfico como un delito conexo, amnistiable, porque sus recursos fueron utilizados supuestamente con fines de rebelión, para ganar la guerra que le declararon a Colombia. ¿Cómo le podemos explicar al mundo que el tráfico de drogas y sus secuelas tan graves de terrorismo y salud pública son apenas un delito conexo, una infracción tan grave como estacionarse en una zona no permitida?", se cuestiona.

"El Acuerdo de La Habana borra la línea entre víctimas y victimarios. Se perdió la figura del victimario. Partiendo de ahí, de la historia que pretenden reescribir a su antojo, del simulacro de justicia montado en un seudotribunal, todo queda bajo sospecha".

"La efectividad de la jurisdicción se mide por las penas, dice la Corte Penal Internacional. Y las penas son una burla, como dice Human Rights Watch. Es un simulacro de justicia", asegura Pastrana.

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