Las actuales elecciones peruanas se recordarán por varias razones. Una de ellas es el excesivo protagonismo que tuvo el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), principal organismo electoral en Perú, obligado a atender una serie de peticiones de exclusión contra casi todos los candidatos presidenciales, aunque finalmente sólo apartó del proceso a dos. De hecho, su última resolución fue rechazar una solicitud de exclusión presenta contra Keiko Fujimori este mismo viernes, a 48 horas de las elecciones.
Además, la campaña se convirtió en un constante intercambio de ataques entre candidatos y sus seguidores a través de las redes sociales, en especial después del surrealista debate presidencial del pasado domingo en el que los candidatos apenas pudieron presentar sus propuestas. Sin embargo, ese debate será recordado por el duro ataque sufrido por Alan García por parte de sus rivales.
El hecho es que este domingo los peruanos buscarán al sucesor de Ollanta Humala, quien acaba su periodo el próximo 28 de julio con una gestión con pocos hechos destacables, aunque sí se le reconoce una mejora en el sector de la educación y algunos programas sociales. Aunque mantuvo una economía a flote, muchos le critican la falta de reacción ante la crisis mundial para evitar una caída del crecimiento. Pese a eso, se va con una baja aprobación: los últimos datos apuntan a apenas un 12%.
La que parece no tendrá ningún problema en pasar a la segunda vuelta es Keiko Fujimori (40 años). La hija de Alberto Fujimori, condenado a 25 años por crímenes de lesa humanidad, se presenta nuevamente a unas elecciones mejorando sus perspectivas respecto a las elecciones de 2011, en las que obtuvo un 23,5%. Esta vez, su intención de voto es de un 33-35%. Su gran problema frente a la segunda vuelta es el alto índice de antivoto que tiene ya que cerca del 50% señala que nunca votaría por ella.
Sin embargo, el pasado de su padre también juega en estas elecciones. Lo que puede ayudarle es el giro económico que le dio el gobierno de Fujimori en 1990, lo que representó el inicio de un importante ciclo de crecimiento para el país después de cinco años de auténtico desastre. También se le reconoce haber cambiado la estrategia antiterrorista que llevó a la desaparición de los principales cuadros de grupos terroristas sanguinarios como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Pero también hay aspectos negativos que parecen ser un importante lastre para ella: violaciones a los derechos humanos y una importante red de corrupción en la que estuvo involucrado Vladimiro Montesinos, ex jefe de la Inteligencia peruana, hoy también preso.
Los que se disputan el segundo lugar son Pedro Pablo Kuczynski y Verónika Mendoza. El primero, candidato de Peruanos por el Kambio, fue primer ministro y ministro de Economía en el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) y su labor siempre ha sido destacada por todos los sectores. A sus 77 años, busca nuevamente la presidencia después de participar en los comicios de 2011 en los que acabó tercero con 18,5%, la misma cifra que le dan actualmente algunas de las encuestas.
Pero no lo tendrá sencillo. Verónica Mendoza, candidata del Frente Amplio, una coalición de diversos partidos de izquierda, algunos más radicales que otros, es su principal rival. Pese a que hasta hace un par de meses su intención de voto era apenas de un 2-3%, ahora tiene ya cerca del 18%, lo que significa un empate técnico con Kuczynski. Durante esta semana previa a las elecciones, periodo en el que las leyes electorales peruanas prohíben la difusión de encuestas, los diferentes sondeos –publicados por medios extranjeros– han confirmado esta tendencia. Mendoza (35 años), exmiembro del actual partido de gobierno, propone políticas de izquierda con una importante presencia del estado en temas económicas. Muchos la critican por no ser clara en sus posiciones políticas, en especial al referirse a importantes temas de la región como la crisis en Venezuela. Ella opina que Venezuela es una democracia y que Leopoldo López es un golpista.
Por detrás siguen candidatos como Alfredo Barnechea, un periodista que tomó las riendas del histórico partido Acción Popular al que perteneció Fernando Belaúnde, dos veces presidente del Perú (1963-1968; 1980-1985). En estas semanas logró un importante crecimiento aunque no parece ser suficiente para pasar con claridad el 10% de la intención de voto.
Los que lo tienen mucho más complicado son dos expresidentes. Alan García (1985-1990; 2006-2011) se mantiene quinto en las preferencias con apenas un promedio de 5%, aunque su partido, el APRA –que se presenta en alianza con el Partido Popular Cristiano (PPC)–, asegura que estará en segunda vuelta. La situación de Alejandro Toledo (2001-2006) es bastante más dramática ya que apenas logra un 1 ó 2%, una cifra muy inferior al 15,6% que logró hace cinco años.
Lo que más parece resaltar en estas últimas horas es si el Perú quiere volver al pasado con un nuevo gobierno fujimorista liderado por una mujer como Keiko Fujimori, optar por la izquierda de Mendoza cuyos principales planteamientos son seriamente cuestionados, o por la experiencia de un Kuczynski que parece reunir una parte del voto de centro y el único, por ahora, capaz de derrotar a Fujimori en un balotaje. En caso de que las encuestas acierten esta vez, es muy probable que el segundo puesto se decida por muy poca diferencia y el sucesor de Humala se elija en una segunda vuelta a celebrarse el próximo 5 de junio.