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Lula da Silva será ministro de Rousseff y se blindará ante la Justicia

El Gobierno de Brasil confirmó que Lula da Silva, envuelto en temas de corrupción, será el nuevo titular del influyente Ministerio de la Presidencia.

Dilma Rousseff y Lula da Silva, en una imagen de archivo. | Cordon Press

En una nota oficial, Dilma Rousseff informó de que Lula da Silva, su antecesor y padrino, asumirá la cartera de Presidencia, que hasta ahora estaba en manos de Jaques Wagner, que pasará a ser jefe de gabinete. El nombramiento había sido anticipado por el jefe del grupo del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) en la Cámara de Diputados, Afonso Florence, en declaraciones a periodistas.

La decisión fue tomada después de una rueda de consultas que Rousseff tuvo durante los últimos dos días con el exmandatario en el Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia y en la que Lula vivió entre 2003 y 2011, período en que ejerció como jefe de Estado de Brasil. Según fuentes oficiales, una de las principales tareas de Lula en el Gobierno será unir a la fragmentada base parlamentaria del oficialismo, con vistas al eventual juicio político que el Congreso puede retomar contra la mandataria en los próximos días.

Lula asumirá un ministerio desde el que se controlan todos los resortes del poder, lo cual le permitirá influir en cada una de las decisiones de su sucesora y también en las de su base parlamentaria, a la que intentará unir de cara al eventual proceso que pudiera desalojar a Rousseff del poder. Lo hará bajo la sombra de las causas abiertas en su contra, en las que es sospechoso de enriquecimiento ilícito, blanqueo de dinero y falsificación de documentos, cargos por los que la justicia aún no se ha pronunciado pero que llevaron a la Fiscalía de Sao Paulo a pedir su detención preventiva, que todavía no ha sido decidida.

Con su incorporación al gabinete de Rousseff, Lula pasará a tener foro privilegiado y todas las causas en su contra deberán pasar a manos de la Corte Suprema, lo cual deberá dilatar todos los procesos. La oposición ha considerado su nombramiento como una tentativa de Rousseff de ayudarle a "escapar" de la acción de la justicia, pues como ministro pasará a tener foro privilegiado.

A pesar de su influencia, el Ministerio de la Presidencia es una cartera de la que casi todos sus ocupantes han salido salpicados en los últimos años por grandes escándalos de corrupción. José Dirceu, quien ocupó ese cargo durante los dos primeros años del primer mandato de Lula, está en prisión acusado de participar en la red de corruptelas de Petrobras y ya había sido condenado a diez años de cárcel por un sonado asunto de sobornos parlamentarios. Dirceu fue sucedido por Rousseff, quien salió indemne del cargo, pero su relevo, Erenice Guerra, está investigada por diversos asuntos, que incluyen el caso Petrobras.

Ya con Rousseff en el poder, ese ministerio estuvo primero en manos de Antonio Palocci, destituido tras cinco meses en el cargo por denuncias de enriquecimiento ilícito y sospechoso ahora de haber participado en la corrupción petrolera, al igual que su sucesora, la senadora Gleisi Hoffman. El cargo fue ocupado luego por Aloizio Mercadante, actual ministro de Educación, acusado este martes por el que fuera jefe del oficialismo en el Senado Delcidio Amaral, detenido por el caso Petrobras, de haber intentado sobornarle a cambio de que no cooperase con la justicia.

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