En mayo de 2015, Cristina Fernández de Kirchner decidió colgar dos retratos en la sede presidencial de la Casa Rosada, ambos donados por Venezuela. Uno de ellos era de su esposo Néstor Kirchner y el otro de uno de sus amigos más cercanos, Hugo Chávez. Tal y como ocurrió hace unas semanas en el Parlamento venezolano con el retiro de una fotografía del líder chavista, Mauricio Macri ordenó que los cuadros sean trasladados a otros lugar.
Fuentes oficiales señalaron al diario La Nación que "así como se bajaron los cuadros de (Carlos) Menem y (Cecilia) Bolocco –esposa chilena del expresidente–, también se sacarán los de Kirchner (…) Cada gobierno le da su impronta a la Casa de Gobierno". Además, un funcionario apuntó a Clarín que "los cuadros irán al Museo y vamos a pintar las paredes donde estaban colgados que están desmejoradas".
Empleados de mantenimiento trasladaron los cuadros a través de las escaleras al Museo del Bicentenario de la Casa Rosada, ubicado en el subsuelo, donde permanecerán en custodia "hasta definir qué destino se les dará".
Al conocerse este hecho, la cuenta no oficial de Twitter de la Casa Rosada –administrada por el kirchnerismo– mostró una fotografía del lugar con los retratos y también otra ya sin ellos. Además, recordó uno de los eslogan de campaña de Macri: "Vengo a traer la unión de los argentinos".