Con las presidenciales de octubre cada vez más cerca, el kirchnerismo busca desesperadamente levantar cabeza. Uno de sus principales problemas es que Cristina Fernández no ha tenido días muy felices últimamente, en especial por su participación ante los medios después de la muerte del fiscal Alberto Nisman y durante su viaje a China por alguna broma de mal gusto. Ya a finales de enero, su imagen positiva cayó hasta el 29,1%, mientras que la negativa superó el 50%, con un aumento de 11 puntos.
La presidenta reaccionó a la noticia de la muerte de Nisman más de doce horas después para asegurar a través de las redes sociales que se había tratado de un suicidio. Sin embargo, pocos días después dio marcha atrás y puntualizó que estaba segura de que el fiscal –el mismo que la había acusado de encubrimiento hacía unos días– había sido asesinado. Obviamente, y como suele hacer casi siempre, culpó a la prensa opositora de estar detrás de esa interpretación inicial equivocada.
En cuanto al viaje a China, un mensaje por Twitter de Fernández burlándose del acento chino logró encender nuevamente las redes sociales. Las reacciones a nivel mundial no se hicieron esperar y el periodista argentino Martín Rodríguez Yebra dijo en La Nación que "desde que Nixon le estrechó la mano a Mao en 1972, pocos líderes políticos habían captado tanta atención con una visita a China" pero puntualizó que "Cristina Kirchner lo consiguió sin necesidad de desafiar el orden geoestratégico mundial: le bastó con enviar un tuit desde Pekín".
Con todo esto, sus asesores se ven obligados a reaccionar y han iniciado un plan para revertir la caída de la popularidad de la presidenta por estos hechos, Según cuenta Mariana Verón en La Nación el plan tiene dos ejes: realizar un anuncio respecto a la Justicia argentina –centrado en acelerar los procesos– y por el otro seguir la marcha de la economía.
Pero también saben que necesitan lo antes posible resultados en la investigación de Nisman. Verón señala que el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, ha vuelto a hablar sobre la posibilidad del suicidio. De hecho fue uno de los primeros del gobierno que introdujo esa hipótesis muy poco después de encontrase el cuerpo sin vida de Nisman. Ahora insiste: "Aparecen fiscales que dicen que es un magnicidio. Es una burrada. Se está investigando un suicidio. Si la fiscal entiende que es un homicidio, debería pasar al fuero federal".
Otra de las cosas que buscarán es acelerar el proyecto de ley que crea la Agencia Federal de Inteligencia. La periodista de La Nación señala que también quieren introducir en el texto "mayores controles sobre los fondos reservados" y "achicar el plazo de 25 años que se exige para levantar los secretos de Estado".
Lo que está claro es que los argentinos verán cada vez más a la presidenta, algo que sin duda cambia el panorama visto hasta finales de 2014 ya que antes del caso Nisman, Cristina Fernández estuvo recuperándose de una dolencia médica. Ahora necesita una presencia activa en los medios y así buscar una mejora en su cada vez más baja popularidad.