Cuba utiliza a su amigo Maradona para "demostrar" que Fidel está vivo

La semana pasada acabó con fuertes rumores –como cada cierto tiempo– sobre la posible muerte de Fidel Castro a través de las redes sociales. Las diferentes versiones fueron alentadas por la supuesta convocatoria a la prensa internacional de una rueda de prensa hecha por el gobierno de La Habana. Ante esta situación y el ambiente creado, poco después la dictadura –encabezada por el hermano Raúl Castro– dijo que nadie de su administración había realizado tal comunicación.

Se da la circunstancia de que el pasado jueves se cumplió un año de la última aparición de Fidel Castro ante los medios de comunicación, aquella vez con ocasión de la inauguración de una galería artística en un barrio de La Habana. Desde entonces muy pocos lo han visto y ni siquiera el inicio de las conversaciones para restablecer relaciones diplomáticas con EEUU –que la dictadura tomó como una victoria– y la llegada de los espías liberados por Washington en virtud de ese acuerdo lo animaron a participar en los actos. De hecho, su última columna "Reflexiones de Fidel" en el Granma, diario oficial de la dictadura, está fechada el 27 de agosto de 2013.

Por eso, la dictadura ha visto necesario mover ficha y este lunes se hizo pública una supuesta carta de Fidel Castro a Diego Armando Maradona, muy amigo del dictador y de la revolución. La cadena Telesur, cercana al chavismo y al bloque bolivariano, dijo que esta carta "desmiente rumores de su muerte" en una información revelada como "último minuto", con una serie de fotos del argentino con la carta en mano y mostrando la firma de dictador. El exjugador está en La Habana desde la semana pasada para la grabación de la segunda temporada de De Zurda, una programa de fútbol de mencionado canal de televisión.

Una de las razones por las que el rumor pudo extenderse la semana pasada es que en Nairobi, capital de Kenia, fue hallado muerto Fidel Castro Odinga, hijo de 41 años de un importante opositor en Kenia y para muchos uno de los futuros exponentes de la vida política en el país africano. Sin duda, su nombre se filtró rápidamente por las redes sin precisar su segundo apellido que no coincide con Ruz, del dictador cubano.