La XXIV Cumbre Iberoamericana comenzó este lunes en la ciudad mexicana de Veracruz con el lema "educación, cultura e innovación". El presidente Enrique Peña Nieto hizo de anfitrión e inauguro la cita con la presencia de varios jefes de Estado y de Gobierno como el rey Felipe VI, Mariano Rajoy, y algunos representantes de la región. Las principales ausencias fueron las de los presidentes de Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Cuba, que se sumaron a las previstas de la argentina Cristina Fernández de Kirchner por motivos de salud, y la brasileña Dilma Rousseff que se prepara para el inicio de su nuevo gobierno el 1 de enero.
Sin embargo, más allá del tema central de las reuniones, México ha mantenido como principal tema en los medios de comunicación las últimas noticias sobre los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal de Ayotzinapa, en especial después de que peritos argentinos confirmaran este fin de semana de que uno de los restos encontrados correspondía a unos de los jóvenes.
En medio de este contexto, Peña Nieto es uno de los principales señalados por su pésima gestión de la crisis de Iguala, localidad donde los estudiantes supuestamente fueron asesinados. El hecho de que la Cumbre se centre en educación y en la juventud no es algo que le ayude. En su discurso durante la ceremonia de inauguración, el presidente mexicano destacó la importancia de los tres ejes de la reunión –educación, cultura e innovación– y dijo que "la educación es el motor del cambio", que abre la puerta de los demás derechos fundamentales de las personas.
En las afueras de la sede de la reunión, el World Trade Center Veracruz, y pese a la gran cantidad de efectivos de seguridad, decenas de jóvenes se manifestaron para pedir respuestas al Gobierno vestidos con camisetas negras con una letra blanca con la frase "Faltan 42. Fuera Peña".