Poco amigo de la prensa y mucho menos de EEUU, Nicolás Maduro eligió a un medio de ese país, según él enemigo de la revolución, para publicar un artículo en el que se dedica a minimizar a los miles de manifestantes que desde el 12 de febrero llenan las calles de Venezuela para protestar en contra de su Gobierno.
En su artículo de The New York Times, el chavista afirma que estos manifestantes sólo representan al 1% de la población y además representan a las "clases más acomodadas". Además, apunta que los responsables de las más de muertes registradas hasta la fecha "rendirán cuentas", independientemente de si son o no miembros de las fuerzas de seguridad.
Asimismo, tras acusar a Estados Unidos de ponerse de parte de los que quieren "derrocar inconstitucionalmente a un gobierno democráticamente elegido" y ante las amenazas de sanciones contra Venezuela, Maduro defendió en su artículo 'Venezuela: un llamamiento para la paz' que "ahora es tiempo de diálogo y diplomacia". En el texto, defiende la legitimidad de su Gobierno, asegura que los medios internacionales "han distorsionado la realidad" de las manifestaciones de las últimas semanas.
El mandatario refuta "las denuncias de que Venezuela tiene una democracia deficiente" y asegura que "las protestas antigubernamentales las están llevando a cabo personas de los segmentos más ricos de la sociedad que buscan revertir los logros del proceso democrático que han beneficiado a la vasta mayoría de los ciudadanos".
Sobre las muertes ocurridas en estas semanas, Maduro señala que "los manifestantes son directamente responsables de alrededor de la mitad de ellos" y reconoce que "un pequeño número" de miembros de las fuerzas de seguridad también participaron en la violencia: "Cada víctima se merece justicia y cada perpetrador, ya sea un partidario o un detractor del Gobierno, rendirá cuentas de sus acciones", promete el presidente venezolano.
Por otra parte, lamenta que Estados Unidos se haya "alineado" con el "1% que desea arrastrar a nuestro país de vuelta a cuando el 99% estaban apartados de la vida política y solo unos pocos, incluidas empresas estadounidenses, se beneficiaban del petróleo venezolano".
El chavista también aprovecha el artículo para hablar de dialogo, pese a que en los últimos días ha lanzado insultos y ataques a la oposición: "Ahora es tiempo del diálogo y la diplomacia" y por eso dice que el Gobierno "ha tendido la mano a la oposición" y fuera "mi gobierno también se ha dirigido al presidente Obama, expresando nuestro deseo de intercambiar de nuevo embajadores".