La constante en estas últimas semanas de violencia en Venezuela ha sido los ataques e insultos del chavismo contra estudiantes y sobre todo contra la oposición, a quien responsabiliza por las protestas, lo que ha llevado a varios líderes opositores –como Leopoldo López, Daniel Ceballos y Vicencio Scarano– a la cárcel, algunos de ellos tras juicios sumarísimos.
Además, otra de las ideas más repetidas por Nicolás Maduro ha sido la del diálogo aunque sus métodos para invitar a la oposición y diferentes sectores ha sido mas bien peculiar. Este mismo domingo calificó a los opositores de "cobardes que no dan la cara y se esconden" y recordó que "he abierto las puertas de este palacio presidencial para que esa oposición venga acá y verle la cara a cada uno de ellos y decirles las cuatro verdades que les tengo que decir a nombre del pueblo".
Para Maduro, lo que preparaba la oposición desde el 12 de febrero –día en que comenzó la actual crisis– era un golpe de Estado. Por eso esperó y utilizó la visita de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) –que ya lo había respaldado días antes– para anunciar la detención de tres generales de la aviación que supuestamente preparaban este golpe, algo muy conveniente al contar con la presencia en Caracas de cancilleres y enviados de países de la región. El chavista intentaba de esta manera demostrar que efectivamente la oposición preparaba una acción militar para sacarlo del poder.
Sin embargo, pocos días después el chavismo parece haber cambiado de discurso. Ahora ya no se trata de hablar de "golpe de Estado" sino de "guerra civil". Eso es al menos lo que ha señalado el canciller venezolano. En una entrevista a la cadena Globovisión –hasta hace algunos meses un medio opositor– Elías Jaua dijo que "hay quien sueña con un conflicto armado, con una guerra civil que, gracias a Dios y a la voluntad de la mayoría de nuestro pueblo, no queremos y hablo de opositores y bolivarianos chavistas".
El ministro señaló que siguen esperando que la oposición se siente en la mesa de diálogo y aunque no se refirió al tono de Maduro, recordó lo que dijo: "Vamos a dialogar sin condiciones, sin agendas previas, para parar esta violencia irracional que le ha dejado al país el lamentable saldo de casi 40 hombres y mujeres de nuestra patria fallecidos". Reconoció que "vamos a seguir teniendo diferencias porque son dos modelos diferentes" pero aclaró que "vamos a tratarlas, el diálogo no se puede dar mientras haya violencia en las calles".
Además, insistió en la supuesta participación de Washington en la violencia de estas semanas: "Los sectores más conservadores de EEUU quieren conflicto en Venezuela (...) con las declaraciones del Departamento de Estado, se buscaba boicotear la gestión de la Unasur". También dijo Jaua que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ha hecho "un uso proporcional, legal, diferenciado de la fuerza" durante las marchas de estudiantes y opositores, en una clara justificación de la violencia y represión ejercida desde el oficialismo.