Nicolás Maduro vuelve con sus contradicciones y durante la "Conferencia de Paz de la Mujer Venezolana" olvidó su tan mentada "paz" –en lo que insiste sin descanso– para seguir sus insultos y ataques a la oposición. Es decir, un nuevo ejemplo del doble discurso que siempre caracteriza al chavista.
Esta vez, el presidente eligió a un muñeco "diabólico" para comparar a los opositores venezolanos. En un acto realizado en la Plaza Bolívar de Caracas dijo que los miembros de la oposición, a quienes sigue responsabilizando de la violencia de las últimas semanas, "son los llamados Chucky del fascismo. Son como Chucky, van como locos, enmascarados, quemando, contaminando, talando árboles, disparando, asesinando a motorizados y a guardias nacionales".
Para el presidente, "en la calle hay grupos armados violentos y todos son de la derecha", y agregó que son "unos enmascarados que actúan como Chucky, como Chuckys del fascismo, que le meten a la locura (…) Eso que ellos pretendían hacer solo se le ocurre a Chucky. Yo me puse a pensar… ¿A quién se le puede ocurrir secuestrar dos gandolas de gasolina y amenazar con explotarlas con ellos mismos adentro?, ¡Solo a Chucky!. ¿A quién más?"
Por eso advirtió a sus seguidores que tengan "conciencia de que no nos enfrentamos solo a este grupo de Chuckys. Los Chuckys son instrumentos violentos para tratar de incendiar Venezuela, pero no pudieron y no podrán con Venezuela. Aquí va a triunfar la paz, la soberanía, la revolución socialista. A Venezuela se la respeta".
Sin embargo, en un momento volvió a cambiar de discurso, aunque con su mensaje entre líneas: "Hago un llamado a la cordura, hago un llamado a los sectores minoritarios que pretenden afectar la vida de las grandes mayorías que lo que queremos es trabajar, vivir, criar a nuestros hijos, estudiar, y disfrutar de nuestra patria, que respeten a la mayoría, que respeten al pueblo".