Venezuela ya ha cumplido más de dos semanas del inicio de la presente crisis. Hasta el momento son 17 los muertos y hay casi 300 heridos. Por el momento, Nicolás Maduro no encuentra la solución: mantiene la represión contra los estudiantes y convoca a reuniones a las que la oposición no acude por considerar que sólo ayudan a lavarle la cara.
Lo que sorprende son las nuevas contradicciones del presidente. Este viernes reiteró su oferta de diálogo al líder de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Henrique Capriles, al considerar que "el país ganaría", en medio de la crisis política. Aseguró que "no se les va a quitar nada" y aclaró que "más bien creo que el país ganaría si nos vemos las caras y conversamos. Con respeto, como siempre. Yo respeto, tú respetas, nos respetamos".
Por otro lado, el chavista también se mostró dispuesto a dialogar con el movimiento estudiantil. "Yo le sigo haciendo un llamado para que asistan en la modalidad que quieran asistir, en privado o público, pero conversemos", insistió. Sin embargo, no mencionó la violenta represión ejercida por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) desde el inicio de la crisis, en especial la de este jueves en El Rosal, en Caracas, que dejó al menos 15 estudiantes heridos.
Pero las contradicciones de Maduro no acaban ahí. Desde hace días habla de paz pese a la represión, y también de dialogo pese a su acoso a los opositores. Leopoldo López fue el primero de ellos y ahora ya espera juicio por una serie de acusaciones en una cárcel militar a las afueras de Caracas. Este mismo jueves, el gobierno ha vuelto a emitir una orden de detención contra otro líder opositor del partido Voluntad Popular (VP): Carlos Vecchio.
La orden fue emitida por la juez Ralenis Tovar Guillén –la misma que solicitó la detención de López– contra el coordinador político nacional de VP "por la presunta comisión del delito de determinador en incendio intencional, instigación pública, daños y asociación". VP denuncia que el Gobierno de Maduro ha iniciado "una arremetida de persecución política y criminalización en su contra, que ha incluido tres allanamientos y robo de equipos a la sede nacional del partido".
Vecchio denunció a través de su cuenta de Twitter que la orden de captura en su contra "es política" ya que "no hay ninguna prueba en mi contra. Aplican el terrorismo judicial en mi contra". Además, consideró que "el acoso judicial es evidente" ya que "pensar distinto es un delito en el país", lo que "demuestra el talante totalitario del Gobierno".