Desde que comenzó la actual crisis de Venezuela el pasado 12 de febrero, el chavismo denunció un supuesto plan golpista para derrocar a Nicolás Maduro. En todo momento lo hizo sin mostrar las pruebas que incluso la oposición pidió y en algún momento llegó a involucrar también al expresidente colombiano Álvaro Uribe, a quien el ministro de Exteriores, Elías Jaua, llamó "asesino".
Ahora, Jaua intenta recibir apoyos directos para el gobierno de Maduro, y por eso comenzó una gira por los países del Mercosur, casi todos "amigos" de Venezuela por su estrecha relación con Hugo Chávez. Como era de esperar, en todos ellos encontró el apoyo de sus autoridades.
En Bolivia, tras la reunión del venezolano con Evo Morales, el canciller David Choquehuanca informó que en la reunión el presidente ratificó su compromiso de "seguir coordinando a todo nivel" y además estar "alertas a todo lo que pueda venir para afectar la democracia y defender a Nicolás Maduro, presidente democráticamente electo en Venezuela".
En Asunción, Jaua se reunió con el ministro de Exteriores Eladio Loizaga, al que entregó "un expediente de cada uno de los casos de los fallecidos, las circunstancias en las cuales fallecieron". El paraguayo dijo que su país quiere "que exista un diálogo sincero, profundo en este proceso que lastimosamente vive la República Bolivariana de Venezuela, y que en un corto tiempo pueda llegar nuevamente a la paz, la tranquilidad".
Los siguientes países del venezolano fueron en Uruguay, Argentina y Brasil, tres países también muy cercanos al chavismo. En el primero de ellos, el presidente José Mujica se ofreció a mediar en la crisis aunque subrayó que su intención no es "entrometerse" en los asuntos internos del país vecino: "Voy a cualquier lado si es necesario (...) Si tengo que hacer mi parte, la voy a hacer oportunamente hablando con los venezolanos".
Ante su homólogo brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, Jaua dijo que "el mundo debe entender que en Venezuela hay una oposición política neofascista contra el sector que apoya el modelo de la Revolución Bolivariana".
En Montevideo, Jaua rechazó la propuesta de debatir el caso en la OEA e insistió en el papel de las "nuevas instancias" surgidas últimamente en la región como ideales para tratarlo. Como era de esperar, mencionó a la Unasur: "ha tiendo mucha más eficacia en estos temas que la OEA. ¿Cuantos golpes de Estado detuvo la OEA en sus años de existencia? Por el contrario, legitimó a muchos. Y la Unasur ya tuvo más eficacia en resolver conflictos políticos, golpes, abrió caminos de paz. Proporcionalmente, es más eficiente".