La pasada cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) tuvo como resultado una absurda declaración propuesta por la dictadura castrista que fue aceptada y firmada por los 33 países miembros de este organismo que parece haberse convertido en una mera arma propagandística de los países bolivarianos.
Sorprende que muchos de los principales países presentes en La Habana y que en la actualidad tienen sólidas democracias –como Brasil, México, Colombia, Perú o Chile por ejemplo– no hayan sido capaces de evitar una declaración que sin duda fue utilizada por el régimen cubano para enviar un aparente mensaje de normalidad al resto del mundo. Todo parece haber transcurrido con normalidad –nadie hizo ninguna pregunta al respecto– con el total y vergonzoso aval de los países firmantes. Sólo Panamá se atrevió a pedir un matiz en el punto referido a Hugo Chávez pero poco más.
Entre las frases más absurdas de dicho texto presentado durante la Cumbre –a la que asistió también el secretario general de la ONU Ban Ki-moon– resaltaron algunas que piden fortalecer "nuestras democracias y todos los derechos humanos para todos", dar "mayores oportunidades a nuestra gente" y que "todas y todos sientan que la democracia les da sentido a sus vidas". También pide que "las diferencias entre las naciones se resuelvan a través del diálogo y la negociación u otras formas de solución pacífica establecidas en el Derecho Internacional".
No se dio detalles sobre el tipo de diálogo que propone la dictadura castrista, un régimen que nunca se ha caracterizado por aceptar opiniones que difieran de las suyas. Los más perjudicados han sido siempre los opositores cubanos, acosados y encarcelados de manera arbitraria.
Más de 1.000 en enero
Este acoso se agravó en vísperas de esta Cumbre de La Habana. De hecho, Yoani Sánchez –autora del blog Generación Y– anunció el inicio de la "Operación Limpieza", una manera del régimen para esconder a la disidencia durante la presencia de los jefes de estado y de gobierno en su capital.
Este lunes, la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y econciliación Nacional (CCDHRN) denunció que durante enero de 2014 se registró por lo menos 1.052 detenciones arbitrarias por motivos políticos en la isla. En su primer informe mensual, el grupo indica que las detenciones tuvieron como principal objetivo "silenciar las voces disidentes" durante la II Cumbre de la CELAC.
Elizardo Sánchez, líder de la CCDHRN, señaló que "el gobierno de Cuba exhibió como nunca antes su enorme capacidad de control social e intimidación desde una semana antes de celebrarse la Cumbre de la Celac" y agregó que durante esos días fueron desplegados "miles de efectivos de la policía política secreta, otros cuerpos represivos y elementos parapoliciales" y que "centenares de opositores" fueron sometidos a "arrestos domiciliarios de facto, sin mandato judicial".
La oposición, ignorada
Días antes de la Cumbre, la oposición pidió a los países participantes reuniones para presentarles la situación de los derechos humanos en Cuba. Sin embargo, muy poco resultado tuvo y los líderes regionales prefirieron evitar cualquier contacto con los opositores, posiblemente para no provocar el enfado de sus anfitriones.
El único que sí lo hizo fue Sebastián Piñera. El presidente de Chile se reunió en la embajada de su país con las Damas de Blanco, grupo que reúne a mujeres con familiares encarcelados en la isla por el régimen de los Castro. Su líder Berta Soler señaló que "durante 25 minutos pude hablar no solo con el presidente Piñera, sino también con otros miembros de su delegación".
Para Antonio Díaz Sánchez, miembro del consejo coordinador del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), agrupación del exilio cubano en Miami, "fue un bochornoso acto de complicidad con la tiranía castrista por parte de la casi totalidad de los mandatarios latinoamericanos". Para él, en La Habana "se escenificó el abandono total de los derechos del pueblo cubano".