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Cumbre CELAC en La Habana, a gusto de la dictadura y de sus amigos

La dictadura cubana fue la anfitriona de la última cumbre de la CELAC. Resultado: una declaración final a su gusto.

Entre los principales puntos tocados en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), llama la atención que se haya declarado el hemisferio sur del continente americano como una "zona de paz" en la que "las diferencias entre las naciones se resuelvan a través del diálogo y la negociación u otras formas de solución pacífica establecidas en el Derecho Internacional".

Además, en la parte introductoria de la Declaración de la II Cumbre de la CELAC (aquí en PDF en la web del Ministerio de Exteriores de Cuba), se pide fortalecer "nuestras democracias y todos los derechos humanos para todos", dar "mayores oportunidades a nuestra gente" y construir "sociedades más inclusivas". Acaba esta primera parte apuntando que el objetivo de la CELAC es que "todas y todos sientan que la democracia les da sentido a sus vidas".

Lo absurdo es que todo esto se firmó nada menos que en La Habana, capital de Cuba, país que en las últimas décadas ha ejercido un régimen violento contra la disidencia y nunca ha permitido que voces opositoras se hagan oír con libertad. Además, el régimen castrista de Cuba no se ha caracterizado por tener buena disposición al diálogo, ni a nivel interno, ni a nivel externo, y mucho menos ha ejercido la democracia como sistema político, ni ha construido una sociedad "inclusiva". Buena prueba de eso es el constante acoso –agresiones y encarcelaciones incluidas– que sufren los opositores.

Pero ahí no acaba la cosa. En el punto 3 de la declaración, todos los presidentes, tanto bolivarianos como otros que no lo son, aprobaron una referencia a Hugo Chávez. Así, apunta que "expresamos nuestro más profundo pesar por el fallecimiento del Comandante Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, ocurrida el 5 de marzo de 2013, uno de los principales fundadores e impulsores de la CELAC, humanista incansable e impulsor de la unión latinoamericana y caribeña, que luchó contra la exclusión social, la pobreza e impulsó el desarrollo integral de la región". No hay referencia a que buena parte de la responsabilidad de la crisis económica que vive Venezuela es justamente su errática política.

Finalmente, en el marco de su intención de promover una "cultura de paz", los países firmantes también adelantaron que seguirán promoviendo "el desarme nuclear, como objetivo prioritario, y contribuyendo con el desarme general, para propiciar el fortalecimiento de la confianza entre las naciones". En este punto, tampoco se hizo referencia al expresidente Mahmud Ahmadineyad, gran amigo de los presidentes bolivarianos y ferviente defensor del programa nuclear en Irán.

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