Este lunes, Nicolás Maduro lanzó una invitación a la oposición para una reunión en el Palacio de Miraflores –sede de la presidencia venezolana– pero mantuvo sus acostumbradas advertencias y les exigió dos condiciones: "Que dejen de conspirar y que renuncien a los lazos con el norte".
Durante un discurso en el estado de Carabobo, el presidente dijo que "a Miraflores no va a entrar ningún alcalde o gobernador que no reconozca a Maduro" y agregó que "yo no voy a aceptar a nadie que proclame que desconoce las instituciones, la presidencia y las leyes de la república. Si no me reconocen, yo no lo reconozco".
Al día siguiente de este mensaje, Maduro volvió a dirigirse a los opositores, pero sin dejar de recordar las condiciones para que el encuentro ocurra: "Allá te espero, gobernador; allá te espero, alcalde, alcaldesa de la oposición. Están las puertas abiertas, lleguen ahí. Eso sí, saben cuáles son los criterios".
Críticas de Capriles
Después de la "invitación", Henrique Capriles, gobernador de Miranda y líder del bloque opositor de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), criticó que Maduro no le haya convocado a la reunión y advirtió que no se puede negociar "con una pistola en el pecho".
"Por ahí andan hablando de una reunión en Miraflores, pero yo no he recibido oficialmente ninguna invitación de parte del gobierno. Nosotros creemos en el diálogo serio, y no en imposiciones en las que, con que una pistola en el pecho, te condicionen a hacer lo que ellos digan", denunció. En este sentido, Capriles apostó por el diálogo, pero añadió que rechazará "monólogos" o "imposiciones".