Brasilia, capital de Brasil, junto a otras siete ciudades cercanas han apostado por una nueva vía de reducción de la mortalidad a causa de la violencia; prohibir las armas de juguete.
El pasado lunes día 23 de septiembre entró en vigor la nueva ley, pionera en Brasil. Con lo que en Brasilia y las ciudades de influencia que han aprobado dicha normativa no se podrá comercializar con armas de juguete, así como cualquier otra cosa de juguete asociada a armamento ligero (balas, fundas, paintball, aparatos láser,etc). Esta nueva línea de actuación gubernamental para luchar contra la violencia en las ciudades está siendo llevado ya por otros países iberoamericanos, como es el caso de Venezuela o Colombia.
El propio gobernador de Brasilia, Agnelo Queiroz, apuntó al aprobar la ley que "si nuestros hijos son educados en la cultura de la no violencia, cuando llegan a la adolescencia y tienen contacto con armas de fuego, tienen todos los conocimientos necesarios para evitarlos y esto es un ejemplo que tomamos en todo Brasil".
Por su parte el secretario de Justicia del Distrito Federal, Alírio Neto, en declaraciones recogidas por AFP, entiende que para cambiar la cultura de la violencia es necesario comenzar desde la infancia. "Nuestros hijos comenzarán a entender lo que se repite tanto, que las armas no son juguetes" apuntó el secretario.
Sanciones
Las jugueterías tienen ahora un plazo máximo de 6 meses para retirar de sus estantes todas las armas de juguete. Dependiendo del número de avisos dados al local, el Gobierno federal prevé que las sanciones por incumplimiento de la ley oscilen entre los 2.280 y los 45.000 dólares. En el caso de que el local persistiera, la sanción podría ser de cierre del local durante 30 días o, incluso, de la pérdida total de la licencia de comercio.
La violencia en Brasil
Los datos son demoledores. Brasil durante el pasado año 2012 registró, sobre su población de en torno a 200 millones de personas, 43.000 muertes violentas. De éstas, el 73% fueron producidas por armas de fuego. Estas cifras dadas por el secretario Alíriro Neto muestran la situación límite, común en otros países del continente, a la que se enfrentan los poderes públicos que se ven impotentes a la hora de mantener el control en determinados barrios de las grandes ciudades.
Y es que, en declaraciones a AFP, la subsecretaria de Protección a Víctimas de la Violencia en Brasilia, Valeria de Velasco, denunció que "la violencia en Brasil se multiplica con índices de guerra".
El gobierno de Brasilia se aventuró a impulsar la prohibición de las armas de juguete en todo el distrito, a raíz de la puesta en marcha de la ley a modo de prueba en uno de los barrios más conflictivos de la ciudad. Los niños del Distrito Federal de Ceilandia, al suroeste de la ciudad, tuvieron que entregar su pistola de juguete a cambio de un libro. En tan sólo cinco meses recibieron más de 500 pistolas de juguete.
Según confirmó el Centro Brasileño de Estudios Latinoamericanos en su " Mapa de la Violencia" publicado este año, el país alcanzó una tasa de homicidios de un 27,4 por 100.000 habitantes durante el año 2011, lo que supone un incremento de un 132% desde 1980.
Ya en 2005 el expresidente Lula da Silva intentó, mediante un referéndum, acabar con la venta de armas de fuego en todo Brasil, pero finalmente un 64% de votantes rechazaron la iniciativa. A pesar de ello en 2004, tras la entrada en vigor del estatuto del desarme, el gobierno de Brasil ha retirado ya más de 600.000 armas.