Después de la puesta en escena a su llegada a La Paz casi a la medianoche de este miércoles, Evo Morales no parece dispuesto a dejar de lado el tema. Si a su llegada dijo que lo ocurrido con su avión representaba una "provocación al continente", ahora ha rechazado las disculpas que ha recibido.
El presidente boliviano eligió la zona central del Chapare, su feudo político y sindical, para mantener vivo el asunto: "La posición firme que vamos a asumir desde el Gobierno nacional es hacer respetar ante los organismos internacionales las normas, los tratados internacionales. No basta sólo la disculpa de algún país que no nos permitió pasar su territorio". Añadió que "mucho dependerá del debate jurídico, político, pero también del debate desde el punto de vista de los derechos".
También apuntó que lo sucedido "no es una casualidad" ni "un error" sino "parte de las políticas de seguir amedrentando al pueblo de Bolivia y de Latinoamérica". "Nuestro delito es ser indígena y antiimperialista y desde ahí cuestionar todas las políticas económicas que sólo llevan a la miseria, a la pobreza", señaló. Morales lamentó que en Europa "todavía hay países que son más serviles a las políticas de Estados Unidos".
Como es su costumbre, y la de todos sus compañeros ideológicos como Rafael Correa o Nicolás Maduro, Morales volvió a acusar a Washington de haber presionado para bloquear su vuelo e ironizó señalando que "todo lo que ha pasado ayer, anteayer, esta madrugada, es el mejor regalo en su aniversario al Gobierno de Estados Unidos", en referencia a este 4 de julio, festivo en EEUU.
Tras lo ocurrido en las últimas horas, el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, anunció que su Gobierno presentó una denuncia en Naciones Unidas por el "secuestro" del avión en el que viajaba Evo Morales: "Como Gobierno, estamos llevando adelante toda las denuncias a nivel internacional. Ya hemos hecho la denuncia ante Naciones Unidas porque este tipo de casos no se presentan ni en tiempos de guerra".