Una de las noticias que más se esperaban en los últimos meses en Perú era la decisión presidencial acerca de la solicitud de indulto humanitario por parte de Alberto Fujimori. Finalmente, el final de esta historia –al menos en parte– llegó el viernes pasado: Ollanta Humala rechazó el indulto.
Una de las cosas que más llamaron la atención es que Humala comunicara su decisión el mismo día en que se jugó un importante partido para las clasificatorias al Mundial entre Perú y Ecuador. Muchos creen que se eligió ese día para minimizar la reacción fujimorista y, para su enorme suerte, Perú ganó ese partido y logró no sólo que las portadas de los diarios del día siguiente se centraran en el fútbol sino también que los peruanos prefirieron disfrutar de la victoria antes que reflexionar sobre dicha decisión.
Pero además, Keiko Fujimori, hija del exmandatario y actual líder del fujimorismo, no estaba en el país. Mucho se especula sobre su destino y algunos apuntaron a que estaba con su familia en Disneyworld, cosa que no ha sido confirmada. De hecho, Keiko no apareció en esos días ni siquiera cuando Humala convocó a los líderes de la oposición para comunicarles algunos puntos referentes al diferendo marítimo que Perú tiene con Chile en el Tribunal Internacional de La Haya. Su ausencia provocó muchas críticas y su única reacción fue a través de las redes sociales.
El hecho es que Keiko apenas apareció en Lima el domingo. Escenificó, con medios de comunicación incluidos, una visita a su padre a quien según algunas fuentes no había visitado durante este año. Ella lo ha negado pero aparentemente no existe registro de sus visitas. Este domingo, la líder fujimorista fue con su hermano Kenji, congresista, y sus otros dos hermanos, hasta el centro de reclusión de su padre. Todos aprovecharon para hacer un mitin político en el que no reservaron palabras contra el presidente Humala.
En declaraciones a la prensa, la excandidata dijo que "no podemos concebir que el presidente de la República tenga un trato tan inhumano en fondo y forma para con el pedido de indulto. Creo que hasta para decir que no hay que tener calidad humana. Nos llama la atención que la comisión de gracias se haya demorado ocho meses para dar una opinión y en menos de tres horas Humala anuncie su decisión". Además, en tono amenazador, aseguró que "Alberto Fujimori saldrá en libertad, y no a la tumba como Humala y su señora desean. Saldrá a las calles para ver con sus ojos libres la gran reforma que él ha hecho. Le pido al pueblo peruano que siga orando por él".
Pero esto no fue todo. Aseguró que utilizarán "todos los mecanismos legales, constitucionales así para lograr esa libertad" y recordó el pasado militar del presidente: "El señor Humala tendrá botas pero el fujimorismo tiene pantalones. Vamos a trabajar para ver a nuestro padre en libertad. Estoy orgullosa de ser hija de ese hombre al que nunca le tembló la mano para tomar decisiones".
El congresista Kenji Fujimori fue un poco más allá: "El presidente Ollanta Humala terminó lavándose las manos como Pilatos y ahora entiendo que el golpista de Locumba tenía todo planificado para darle este golpe letal a mi padre, al ingeniero Alberto Fujimori, más conocido como el chino". Agregó que "el chino no está solo, decirles que esto no está cerrado, esto no termina aquí porque ante el tremendo dolor por el daño que le ha causado el señor Humala y señora Nadine Heredia, nosotros lo vamos a convertir en más fortaleza, en más mística, en más trabajo".
Lo extraño de todo esto es que hace poco más de dos años –en abril de 2011, poco antes de la segunda vuelta electoral–, Keiko Fujimori negó que indultaría a su padre de ser elegida presidenta. Dijo aquella vez: "Juro por Dios que no voy a indultar a Alberto Fujimori. No es mi intención, ni la intención de la familia indultar a Alberto Fujimori, lo ratifico como lo he dicho en varias oportunidades. Yo he sido crítica del gobierno de mi padre, no de ahora que soy candidata, sino cuando he sido primera dama".
Tras todas las reacciones del fujimorismo, Humala pidió "pasar página" y concentrarse en temas más importantes para el país.