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Videla y la historia más negra de Argentina

En cinco años de dictadura militar, a Videla se le atribuye el asesinato de 30.000 personas y el robo de bebés, por lo que fue condenado.

En cinco años de dictadura militar, a Videla se le atribuye el asesinato de 30.000 personas y el robo de bebés, por lo que fue condenado.

Hijo de un Coronel de la armada, Jorge Rafael Videla nació en agosto de 1925 en la ciudad de Mercedes. Se graduó en el Colegio Militar Nacional en 1944 y fue transferido a la Armada Argentina. Ascendió rápidamente dentro del Ejército del país austrl y se convirtió en brigadier en 1971.

Videla fue designado jefe de personal de la Armada en 1973. En 1975 la presidenta Isabel Perón, bajo presión del establishment militar, lo nombró Comandante en Jefe. Desde su posición, comenzó la reorganización de los mandos militares, eliminando aquellos que tenían simpatía con el peronismo. En 1975 estuvo al mando de una campaña en contra del Ejército Republicano del Pueblo (ERP) en la provincia de Tucumán, que terminó con la muerte de cientos de guerrilleros marxistas.

Desde la cúpula militar derrocó a Isabel Perón el 24 de Marzo de 1976. Entonces, Videla se convirtió en presidente de Argentina y en la cabeza visible de la dictaduras. Videla se rodeó al frente del Gobierno del general Ramón Agosti y el almirante Eduardo Emilio Massera.

Ya en el poder, Videla se enfrentó a un establishment corrupto, una economía colapsada con unos altísimos niveles de inflación y una población asaltada al mismo tiempo por el ERP y por los grupos peronistas. Videla suspendió el Congreso y dejó los poderes legislativos en una comisión de nueve hombres; detuvo el funcionamiento de las cortes, de los partidos políticos y los sindicatos. Y llenó el gobierno con personal militar. Cientos de personas acusadas de ser guerrilleros fueron detenidas y miles "desaparecieron" en los años posteriores.

Videla tomó algunas medidas para tratar de restaurar la economía, con escaso éxito. En cualquier caso, su dictadura quedó marcada por los constantes atropellos a los derechos humanos y una terrible represión caracterizada por constantes denuncias de arrestos y ejecuciones. Entre otros, acabó con periodistas, maestros e intelectuales. La cifra oficial que se maneja es que los asesinados fueron cerca de 30.000 personas.

Las Fuerzas Armadas eliminaron a las guerrillas izquierdistas y peronistas y a todo tipo de oposición política mediante una feroz e indiscriminada represión, que supuso uno de los períodos más tenebrosos de la historia argentina, con miles de muertos, desaparecidos y exiliados.

Videla se retiró en 1981 y fue sucedido por el General Roberto Viola. Después de que Argentina regresara a la democracia, muchos militares fueron juzgados por sus abusos. Videla fue acusado de asesinato y sentenciado a prisión perpetua en 1985. Fue indultado por Carlos Saúl Menem en 1990. Sin embargo, en Junio de 1998, el Juez Federal Jorge Marquevich determinó que Videla podía ser acusado del cargo de sustracción de menores durante la "guerra sucia". El magistrado alegó que estos niños habían sido robados de sus padres en cautiverio, les habían cambiado su identidad y enviados en adopción a parejas con conexiones militares.

En julio de 2012 la justicia argentina concluyó un proceso emblemático que condenó al exdictador Jorge Rafael Videla a 50 años de cárcel por el robo sistemático de bebés durante la última dictadura militar -1976-1983-. Junto a Videla, primer gobernante del régimen militar, se sentaron en el banquillo Reynaldo Bignone, último presidente de la dictadura, condenado a 15 años, y otros ocho represores sentenciados a penas de hasta 30 años.

La justicia consideró probada "la práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de niños menores de 10 años", en el contexto de un "plan general de aniquilación" contra parte de la población civil con el argumento de acabar con la "subversión" durante la dictadura militar.

Sentados en primera fila del tribunal oral Número 6 de Buenos Aires, Videla, de 86 años, y Bignone, de 84, escucharon sin inmutarse los gritos de júbilo de víctimas y familiares que abarrotaban la sala tras el anuncio de la condena, que se suma a las penas de cadena perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos durante el régimen militar.

Durante el proceso, que comenzó en febrero de 2011 como resultado de una denuncia presentada 15 años atrás por las llamadas Abuelas de la Plaza de Mayo, se sucedieron los testimonios de víctimas y represores, como el propio Videla, que negó un plan sistemático de robo de bebés y llegó a afirmar que las madres "eran militantes activas de las maquinarias del terrorismo y muchas de ellas usaron a sus hijos embrionarios como escudos humanos al momento de ser combatientes".

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