El pasado lunes, el número dos de la organización narcoterrorista, Iván Márquez, señaló que se había ordenado el "cese de toda clase de operaciones militares ofensivas contra la fuerza pública y los actos de sabotaje contra la infraestructura pública o privada". De esta manera, según él, intentaba dar una muestra de buena voluntad ante las negociaciones de La Habana.
La noticia generó una serie de dudas entre los más escépticos sobre todo acerca de las verdaderas intenciones de los terroristas. Otros sectores aplaudieron la medida y subrayaron que era una prueba de que las FARC habían tomado en serio las negociaciones. Sin embargo, tardaron apenas tres días en demostrar su "compromiso" con la paz y el alto el fuego.
Este miércoles, los terroristas activaron un campo de minas antipersonas en el municipio de Caloto contra una patrulla policial lo que dejó a un efectivo muerto y varios heridos. Además, el Gobierno de Antioquía confirmó que terroristas del Frente 36 de las FARC derribaron varias torres eléctricas del municipio de Campamento provocando importantes cortes de luz en una vasta zona del departamento.
El ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón acusó a las FARC de tener un doble discurso y una actitud mentirosa "difícil de comprender". Dijo también que esto sucede cuando en La Habana, los terroristas "echan discursos, tratan de comportarse como celebridades y de aparecer como personas de medios de comunicación".
El comandante de las Fuerzas Militares, el general Alejandro Navas, dijo que las FARC habían incumplido la tregua unilateral: "Tenemos evidencias de que han incumplido su palabra, una palabra que no han empeñado con nosotros -porque no hemos hecho ningún acuerdo con ellos-, sino con el pueblo colombiano".