Cada vez está más cerca la jornada electoral del 7 de octubre en Venezuela y la sensación es que el candidato de la oposición, Henrique Capriles Radonski, llega con más fuerzas que el propio Hugo Chávez, que durante esta campaña ha gozado de todo el aparato estatal, incluidos los discursos en cadena a través de la televisión.
Tal y como ocurrió en Caracas el pasado domingo, donde reunió a decenas de miles de seguidores, este martes Capriles hizo lo propio en la andina ciudad de Mérida y también en Barcelona, en el oriente del país. Durante su discurso, el candidato dijo que la elección del domingo no era una disputa entre él y Chávez, sino "entre el futuro o el pasado" y agregó que se trataba de "votar por cada uno de ustedes".
Además, en la primera de las localidades visitadas, recordó que "el otro candidato dijo que votar por él es votar por Fidel Castro. Yo les digo que votar por el flaco es votar por ustedes, por el pueblo de Mérida". Subrayó también que él forma parte de "una generación que creció para transformar a Venezuela y para que los sueños de los venezolanos se hagan realidad".
Capriles prometió que una de sus primeras decisiones será evitar que se siga regalando el petróleo de Venezuela, tal y como ha estado haciendo Chávez con sus países amigos: "PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A.) es de Venezuela y va a estar al servicio de los venezolanos".
También se refirió al supuesto miedo de algunos trabajadores públicos en emitir libremente su voto: "El Gobierno pretende intimidarlos, el Gobierno pretende hacer creer que viene un caos. Caos es el Gobierno, caos es lo que nosotros obtenemos hoy día, caos es la violencia, caos es que maten a los presos en las cárceles, caos son los accidentes en la industria petrolera, caos es que se caigan los puentes, caos es que las carreteras no funcionen, caos es lo que hoy tenemos".
Chávez quiere ser "mejor"
Y mientras Capriles da un mensaje de esperanza en el futuro de Venezuela, Chávez prefiere seguir pidiendo nuevas oportunidades. Durante un discurso de casi una hora en la población de Yaritagua, estado Yaracuy, al noroeste de Venezuela, éste prometió que será "mejor presidente" durante su próximo período y afirmó que "con el favor de Dios y con la ayuda de ustedes, no solo no les voy a fallar el próximo período sino que voy a ser mejor presidente".
El bolivariano apuntó que "con la experiencia que he acumulado voy a trabajar más intensamente para solucionar o ayudar a solucionar hasta los más pequeñitos problemas que aquejan al pueblo" y además ha seguido insistiendo en sus amenazas: "Es demasiado importante lo que está en juego, tenemos que echar el resto, todas estas horas que quedan (...) para sellar la victoria".
Pero además de llorar en mítines, como hizo hace unos días, y pedir más tiempo al frente del país (este martes dijo que "el mismo 8 de octubre comienza el nuevo gobierno de Chávez, el nuevo gobierno del pueblo, de la justicia, el futuro), también mantiene sus acostumbrados ataques: "No volverán a gobernar los burgueses en Venezuela. Tenemos que concretar la victoria, una gran victoria, una arrasadora victoria".