Una semana antes de las elecciones presidenciales de Venezuela, la oposición mostró este domingo su capacidad de convocatoria al desbordar las calles de Caracas en respaldo a su candidato, Henrique Capriles, principal contrincante del presidente y aspirante a la reelección, Hugo Chávez.
Coloristas y bulliciosas marchas se dirigieron desde distintos puntos de la ciudad hasta el centro capitalino, considerado bastión del chavismo, donde Capriles cerró la concentración con un discurso.
Los colores de las agrupaciones opositoras, el amarillo, azul y rojo de la bandera nacional, así como imágenes de la virgen María, sombreros, réplicas de autobuses "del progreso" y la gorra que Capriles luce en cada aparición se observaron en el recorrido. La gorra, que se convirtió en un icono de la oposición, se vendía como pan caliente en las esquinas e incluso obligó a comerciantes a elaborar varias sobre la marcha ante el pedido de los clientes, muchos de los cuales completaban su atuendo con pintadas con el tricolor nacional en el rostro, brazos o arropados por banderas.
Ataviado con esa gorra tricolor y bandera en mano, David Briceño declaró a Efe, al ser consultado sobre sus razones para apoyar a Capriles, que "14 años del saliente fueron más que suficientes", en alusión al presidente Chávez. A su vez, Miriam de Garrido exhibía la fotografía de la virgen de Fátima junto al afiche del líder opositor para pedirle que proteja a los venezolanos, les dé paz, salud y que Capriles sea presidente.
También Belén, una mujer de la tercera edad, mostraba junto a quienes exhibían los objetos de la campaña una imagen de la patrona de Venezuela, la virgen de Coromoto, a la cual le pidió "paz, amor y muy buena cabeza a la hora de tomar" las decisiones.
Manifestación tras los asesinatos
Esta movilización tuvo lugar un día después de que tres seguidores de Capriles fueran asesinados a balazos en Barinas, la ciudad natal de Chávez, hecho por el que fue detenido el atacante, según dijo a periodistas el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, y desmintió que éste fuera integrante del comando de campaña del oficialismo.
Muchos de los que se volcaron a las calles caraqueñas aseguraron que no sentían miedo por lo ocurrido en Barinas y llamaron, por el contrario, a la paz en los días que faltan para la votación.
"Yo sabía que esto es la megamarcha, iba a salir todo el mundo, de hecho en el camino nos conseguimos algunos adeptos al presidente; sin embargo, uno camina, uno está pendiente de un cambio, no de la agresión", dijo a Efe Franco Moscarelli, un comerciante que vaticinó que el próximo domingo "igual la gente va a ir a votar sin miedo".
Marisol Gómez, una estudiante que caminaba junto a amigas que se desplazaron desde zonas capitalinas como El Paraíso, la Candelaria, o la cercana localidad de Guatire, llamó a que en los próximos siete días no se caiga en la violencia. "Dejen la fiesta en paz, vamos a terminar la fiesta en paz. ¿Qué es lo que queda? ¿Una semana para que Capriles sea presidente?", se preguntó Marisol, quien insistió en que es necesario "seguir en paz".