El uso o no por parte de Ucrania de los sistemas de armas que está recibiendo de sus aliados occidentes para atacar en territorio ruso es uno de los debates más intensos de esta semana entre los países que forman parte del Grupo de Ramstein, el ente que está gestionando el envío de armamento a Ucrania y del que forman parte no sólo los 32 aliados de la OTAN sino también otros 24 países.
Ucrania lleva presionando para recibir esos permisos desde hace meses. Quiere que la guerra no tenga sólo efecto en su propio territorio, sino extenderlo con ataques puntuales a Rusia para ver si eso enfada a la población rusa y presionan a Vladimir Putin para que ponga punto y final a la invasión rusa de Ucrania. El propio Volodimir Zelensky volvió a insistir en ello esta semana durante la firma del acuerdo de defensa y seguridad entre Bélgica y Ucrania.
Hasta ahora sólo algunos países del Este de Europa como Estonia, Letonia, Lituania estaban cediendo su material militar a Ucrania sin ningún tipo de restricciones, además de Suecia. Reino Unido ha levantado las suyas hace unas semanas y desde hace unos días la República Checa se ha convertido en uno de los más fervientes partidarios de que se permita a Ucrania atacar en territorio ruso con el armamento occidental que se le está facilitando.
El debate ganó en intensidad esta semana con la entrada en escena del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, ambos partidarios de dar luz verde a que Ucrania utilice las armas occidentales en suelo ruso. Y el vuelco se ha producido este viernes en la reunión de la OTAN en Praga (República Checa), donde se prepara la próxima Cumbre de la OTAN en Washington.
Estados Unidos, Francia, Polonia, Países Bajos y Alemania que hasta ahora vetaban el uso de sus armas en suelo ruso han levantado el veto, aunque uno de ellos con restricciones. Se trata de los estadounidenses, que sólo permiten que se empleen en la región rusa de Belgorod, vecina del oblast ucraniano de Jarkov, pero que es precisamente donde en estos momentos se concentra la gran mayoría de los ataques ucranianos en suelo ruso.
Sin embargo, sigue habiendo países que se mantienen en el veto. Es el caso de Italia –dicen que lo prohíbe su Constitución– o Hungría. También es el caso de España. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha mantenido este viernes que el armamento donado es sólo para el derecho de autodefensa ucraniano. O de Bélgica, que lo dejó muy claro en el acuerdo de seguridad que firmó esta semana con los ucranianos.