Estados Unidos cerró la puerta esta semana de forma tajante al último plan puesto sobre la mesa para enviar a Ucrania cazabombarderos, como lleva días reclamando su presidente, Volodomir Zelenski. El último giro en esta posibilidad fue la oferta de Polonia de ceder sus cazas soviéticos Mig 29 a Estados Unidos vía Alemania a cambio de F16 estadounidenses. El portavoz del Departamento de Defensa de EEUU, John Kirby, respondió que la operación polaca "no era sostenible" alejando quizás de forma definitiva el envío de aviones a Ucrania alegando que seguirían mandando otras armas para ayudar al país a defenderse de ataques aéreos.
El largo periplo diplomático para ver si se podía hacer realidad el deseo ucraniano de hacerse con aviones lo ha contado en detalle, este viernes, el medio estadounidense Politico, en un extenso reportaje con muchos protagonistas entre los que destaca uno: Josep Borrell. Según el digital, el jefe de la diplomacia europea habría estropeado los planes iniciales para una operación discreta, alejada de los focos.
"El traspaso (de los aviones) podría haber sido posible si la negociación se hubiera mantenido entre bambalinas, pero se hizo imposible después de que Borrell dijera a los medios el pasado 27 de febrero que el bloque, (en alusión a la UE) entregaría a Ucrania cazas", dice el reportaje. "El anuncio fue un shock según fuentes oficiales estadounidenses y europeas", continúa, también entre los países del este que tenían este tipo de aviones y que esperaban, cuenta, "mantener esta transferencia en secreto".
Cuenta el diario que la operación fue al traste porque tras las declaraciones de Borrell Ucrania se apresuró a hacer sus exigencias mientras potenciales donantes, como Polonia, Eslovaquia y Bulgaria, se negaban públicamente a entregar aviones. El medio afirma, citando fuentes del gobierno ucraniano, que pilotos ucranianos habían llegado a viajar a Polonia para hacer efectivo el acuerdo y llevarse los aviones de vuelta.