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Alerta máxima ante la posibilidad de que Rusia use armas químicas contra la población de Ucrania

Estados Unidos y Ucrania advierten de que Putin diseña una "operación de bandera falsa" para usar armas biológicas.

Estados Unidos y Ucrania advierten de que Putin diseña una "operación de bandera falsa" para usar armas biológicas.
Bloques de hormigón cubiertos con sacos de arena en una calle de Odesa. | Europa Press

Estados Unidos ha advertido de que "todos deberíamos estar atentos a la posibilidad de que Rusia use armas químicas o biológicas en Ucrania, o cree una operación de bandera falsa usándolas", ha señalado la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

"Te haré otra predicción", ha añadido el primer ministro británico Boris Johnson, "lo que escuchas sobre las armas químicas… está sacado directamente de su libro de jugadas. (…) Es parte de su método habitual", afirmó a la cadena Sky News. "Empiezan diciendo que sus oponentes o los estadounidenses almacenan armamento químico y, cuando ellos mismos las utilizan, como temo que pueden hacer, tienen una ‘maskirovka’, una historia falsa, lista para contar", añadió.

Las advertencias llegan después de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia haya acusado a Ucrania de mantener laboratorios de armas químicas y biológicas con el apoyo de Estados Unidos, un bulo que el Kremlin lleva tiempo difundiendo y que ahora, según temen los gobiernos de EEUU y Europa, servirá de excusa para ejecutar una terrible masacre.

Hantavirus, murciélagos y patógenos

Ya el pasado 21 de diciembre, Sergei Shoigu, ministro de Defensa de Putin, advirtió que 120 mercenarios estadounidenses habían entregado tanques con productos químicos en la región de Donbas "para cometer provocaciones".

Igor Kirillov, jefe de las fuerzas de defensa contra la radiación, química y biológica de las Fuerzas Armadas rusas, también ha afirmado que Estados Unidos y Alemania están estudiando "patógenos de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo y hantavirus y se recolectaron muestras de suero sanguíneo de residentes de varias regiones de Ucrania pertenecientes exclusivamente al grupo étnico eslavo".

Y esta misma semana, Defensa ha dicho que los laboratorios en Kyiv, Kharkiv y Odesa están explorando cómo usar pájaros y murciélagos para propagar patógenos. "Los biolaboratorios establecidos y financiados en Ucrania han estado experimentando con muestras de coronavirus de murciélago", afirmó el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.

La administración estadounidense ha negado las acusaciones y ha advertido de que, al difundir información falsa sobre laboratorios biológicos en Ucrania, Rusia podría estar planeando usar armas químicas o biológicas en Ucrania y allanar el camino para una escalada de la violencia injustificada contra la población.

Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, también ha rechazado las acusaciones rusas de que en Ucrania haya armas químicas "ni otras armas de destrucción masiva" y ha afirmado que tales acusaciones son parte de la propaganda rusa para justificar su invasión.

"Los rusos dicen que presuntamente estamos desarrollando armas biológicas y que estamos preparando un ataque químico. Eso me preocupa realmente porque si tú quieres saber cuáles son los planes rusos, hay que ver de lo que los rusos les acusan a otros", ha dicho Zelenski.

Los ataques de Moscú con armas químicas

Rusia tiene un historial largo y bien documentado del uso de armas químicas, entre los que hay que destacar los ataques contra los opositores políticos del presidente Vladimir Putin, en particular, Alexei Navalny. El ejército alemán confirmó que el político fue envenenado con el agente nervioso Novichok. Es exactamente el mismo veneno que se utilizó en 2018 con Sergéi Skripal, exoficial de inteligencia militar ruso que actuó como un agente doble para el MI6 del Reino Unido, y su hija. El Kremlin siempre ha negado cualquier implicación en este suceso.​

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También Alexander Litvinenko, un antiguo oficial del Servicio Federal de Seguridad ruso convertido en un crítico del presidente Putin, se reunió en el hotel Millennium de Londres con dos asesinos, Dmitry Kovtun y Andrei Lugovoi. Durante la reunión, Litvinenko tomó unos sorbos de té verde mezclado con polonio radioactivo y murió tres semanas después. La imagen del agente enfermo, sin pelo y postrado en la cama dio la vuelta al mundo.

El vínculo de Rusia con la guerra química también se ha visto en Siria. Según la Organización para la Prohibición de Armas Químicas, el Gobierno de Bashar al-Assad llevó a cabo tres ataques con cloro y gas sarín, sustancias tóxicas que dejaron alrededor de un centenar de lesionados y fallecidos en marzo de 2017. Oficiales del Ejecutivo sirio y Rusia han negado en repetidas ocasiones el uso de armas químicas y, previamente, habían acusado a grupos insurgentes de ser los verdaderos autores de los ataques y de haber implicado a las Fuerzas Armadas.

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